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Steve se quitó lo que le quedaba de ropa, él tampoco podría aguantar mucho más.

Cogió las piernas de Peter y rodeó su propia cintura con ellas. 

Durante el celo, los omegas ya de por si se lubrican naturalmente. Mucho más que habitualmente. Así que Steve no necesitó una preparación previa antes de comenzar el acto, simplemente buscó la posición más correcta y cómoda. Aunque sabía perfectamente que aquí no acabaría la cosa. 

Sujetó de la cadera a Peter y se introdujo en el omega. Una manera delicada y lenta para empezar. Peter por fin sintió un pequeño alivio que lo hizo temblar de placer. 

Tardó poco en comenzar con un ritmo fuerte y salvaje, ya que había visto que el chico se había adaptado bien. Enseguida los dos gozaban de un placer innato. 

Peter atrapó la espalda de Steve y arañó toda su longitud, desde los omoplatos hasta el nacimientos de sus nalgas. Mientras Steve gimió y arqueó su espalda. Ese gesto solo le dieron más ganas de profanar al omega. Apoyó sus brazos a los lados de la cabeza de Peter y comenzó a moverse haciendo un vaivén en donde Steve le daba directamente en el punto G de Peter. En cambio el chico solo gemía aún más fuerte y lagrimeaba del placer. 

Steve no se creía la escena tan hermosa que se encontraba ante sus ojos. Un Peter jadeante, lleno de placer y suplicando por más. Y precisamente él era el que estaba haciendo ese efecto en el chico. No se podría sentir mejor. Realmente esto le elevaba muchísimo el ego, no iba a engañar a nadie. Le encantaba hacer sentir bien a la gente de esta manera, y más si es el omega que esta justamente debajo suya. 

El éxtasis ya estaba a punto de caer encima de Steve, pero no el de Peter. A Peter aún le quedaba un largo camino para llegar a la liberación. 

Steve junto su frente con la de Peter y le pidió perdón por lo bajo. Su intensidad ya no era la misma y sus movimientos se iban parando. Dejando a un Peter totalmente desubicado. 

- No... no pares...

- Espera... necesito parar un momento... 

- Pero... no puedo...

Steve salió de él sin importar lo que Peter haya dicho, necesitaba ese leve descanso si quería que Peter se corriera. Peter no entendía muy bien porque había parado, pero si su alfa le decía que debían parar pues no rechistó.

El rubio quitó las piernas de Peter de su cadera y en ese movimiento echó la vista a su propia entrepierna. Y abrió los ojos como platos cuando se dio cuenta que no se había puesto ningún tipo de protección. No se preocupó de ninguna enfermedad, ya que tenía al tanto que Peter estaba sano y él mismo también. Pero un embarazo es totalmente diferente. Por lo menos había parado en el momento justo... esperaba.

No se centró mucho en eso ahora, lo importante era darle a Peter el placer que estaba anhelando. Enseguida se irguió para alcanzar la mesita de noche de al lado de la cama y abrió el cajón. En esa acción de rebuscar el cajón palpando la base con la mano, podía notar las manos juguetonas de Peter en su cuerpo. Y en muy poco tiempo también notó algo húmedo, cuando miró hacia abajo solo pudo encontrar a Peter lamiendo y mordisqueando su pecho. El omega lo único que quería era la atención del alfa. 

Steve terminó su búsqueda y cogió un puñado de preservativos. Probablemente no necesitaría tantos, pero por si acaso. Los dejó esta vez encima de la mesita y solo cogió uno. Se incorporó, haciendo que Peter se separara de él.

Enseguida cogió un condón, lo abrió y lo puso. Peter miraba sus acciones un poco más relajado, no iba a cuestionar las acciones del alfa. Cuando ya estuvo preparado, Steve miró a Peter.

- Date la vuelta. 

Peter solo cumplió la orden que le había dado Steve. Se puso a cuatro patas y por encima del hombro miró lo que su alfa estaba a punto de hacer. 

Steve se coloco detrás de él y le volvió a agarrar de la cadera. De una estocada la volvió a meter haciendo gemir a Peter. Esta vez era un ritmo fuerte que no era difícil de seguir. 

Peter apretaba en puños las sabanas y gemir sin parar, realmente lo estaba disfrutando. Quería más, mucho más. 

Steve rodeó la cintura de Peter con sus brazos, abrazándole, pegando su torso en la espalda del chico y su cabeza estaba perfectamente alineada con el cuello. Peter podía sin problema notar la respiración de su amante en la nuca. Esa respiración le ponía la piel de gallina. 

El rubio conseguía sacarle los mejores gemidos al chico. 

Las feromonas invadían la habitación, volvían locos a las dos personas que ahí estaban. Estaban sudados, totalmente desaliñados y eso que habían ido a saco. Sin preliminares. 

El olor era fuerte, demasiado intenso. En muy poco tiempo los dos acabarían. 

Steve ya no aguantaba, realmente lo estaba intentado para poder durar más. A Peter no le costaba, pero ya estaba muy cerca. Por simple ímpetu, Steve daba unas estocadas secas y mucho más profundas. Necesitaban acabar ya.

Los dos estaban al borde del colapso.

Hasta que llegó.

El clímax alcanzó primero a Peter, viniéndose directamente en la sabana de la cama. La cual tendrían que cambiar. 

Por fin había llegado el esperado momento para Steve, pero algo se lo impedía. Notaba en su ser que si acababa ahora, todo no tendría sentido. Realmente necesitaba hacerlo bien. Necesitaba hacerle saber que era suyo en ese momento y siempre lo sería. Las feromonas eran intensas, Steve tampoco estaba en sus cabales. 

Igual que Peter lo marcó con sus uñas, él lo marcaría con sus dientes. 

Se acercó con la boca abierta a un lado de la nuca, sería ahí. Y simplemente lo hizo. Clavó sus dientes. 

A Peter le tomó por sorpresa. 

Gritó, primariamente de dolor. Arqueó su espalda y se removió en la cama para deshacerse del peso que cargaba encima. Pero Steve era más fuerte, enseguida lo agarró de los brazos y tiró de ellos hacia atrás. Así la cabeza de Peter estaba totalmente posada en la almohada. 

Peter no podía hacer nada, sabía que eso llegaría a pasar, pero no sabía que sería tan pronto. Solo lagrimeaba del dolor de la herida. Tampoco se iba a lamentar por algo que iba a ocurrir sí o sí. Aunque le molestaba el hecho de que no le había avisado, ni antes, ni durante. Nada.

Solo esperó, hasta que por fin el animal que tenía encima suya se separó de su nuca y salió de él. 

Steve respiraba agitado. Vio a Peter ahí tumbado y decidió hacerlo a su lado. El chico no movió su posición hasta que el propio alfa lo colocó, estaba totalmente exhausto. 

Steve lo movía con facilidad, lo tenía de frente. La cabeza de Peter se posaba en el brazo derecho de Steve como si fuera una almohada. Mientras el otro brazo del alfa lo acariciaba y lo acercaba aún más a él. 

El rubio restregaba toda su cara por toda la cabeza, al igual que todo su cuerpo con el del chico. Esto no era ningún movimiento sexual, simplemente quería impregnar su olor en el de Peter. El chico solo se dejaba mimar, lo necesitaba. No cualquier alfa haría eso, si un alfa hace eso es porque realmente quiere tener algo serio contigo. Sino fuera así, Steve estaría saliendo por la puerta de la habitación en el primer momento que hubiera salido de él. 

Steve junto su frente con la de Peter y se miraron muy intensamente. 

Al chico le gustaba los mimos, pero recordó que jamás lo había besado... ni el alfa a él. Para cualquier omega, los besos eran muy importantes. Si un alfa lo rechaza, por cualquier cosa que haga, siempre se va a sentir rechazado. ¿Qué pasaría si ahora mismo se lanzase?

Eso hizo, se acercó poco a poco a la boca del alfa. Pero este se alejó, dejando a Peter a mitad de camino.

- ¿Qué intentas?

Peter aún en shock y confundido, bajó la mirada.

- Nada... 

Mi Vida A Tus Pies ~ allxPeterParkerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora