32

423 44 7
                                    

El celo se fue como vino, velozmente. Fueron dos días intensos, sobre todo para Steve. No sabía que cuidar de un omega superior durante su celo sería tan difícil. Eso no cambia que lo pasara bien y tuviera buenos momentos. 

Eso no cambiaba que se sintiera extrañado por la actitud del omega. Lo evitaba.

Los días del celo se dormían juntos pero cuando despertaba se encontraba a Peter dormido en el sofá. Durante el periodo que duró el celo, que fueron solo dos días, entendió un poco su situación. El omega también necesitaba un pequeño espacio para si mismo. Pero... ¿después? ¿Qué necesidad había de que se fuera a otra habitación mientras duermen? 

Cuando Steve le preguntaba por la mañana, él no respondía, solo se encogía de hombros y se rascaba la marca que le hizo Steve. 

Desde que terminó el celo, habían pasado solo dos días. Pero fueron días muy incómodos para Steve. El chico no le hablaba, le ignoraba y si le hablaba era para responderle a preguntas con monosílabos. Además de que sus acciones ya no eran delicadas, ahora estaban hechas con rencor y siempre llevaba el ceño fruncido. ¿Qué le pasaba a este muchacho? Steve no tenía ni idea. Pero se estaba comenzando a hartar mucho.

Ese mismo día vio a Peter en la cocina, preparándose el desayuno. Decidió poner fin a toda esta tontería. Y obviamente lo haría como un buen alfa y demostrando quien es el que manda. 

- Peter.... esto se acabó.

Peter se dio la vuelta hacia la voz de Steve, su cara expresaba total enfado. Ceño fruncido y labios agrietados. Levantó una ceja y ni se inmutó por el tono de voz del alfa.

- ¿Se acabó? ¿El que se acabó? ¿¡Cómo puede acabarse algo que ni siquiera ha empezado!?

Peter comenzó sus oraciones en un tono normal, pero conforme avanzaba iba elevando la voz hasta llegar a gritarle a Steve. Es obvio que el rubio quedó sorprendido por la rudeza de la voz de Peter y sobre todo que le haya levantado la voz. Eso le molestaba y mucho.

- No me levantes la voz, primer aviso.

- ¡Pues no me provoques!

- Te lo estoy diciendo enserio Peter, aquí el único que está provocando con sus gritos eres tú. Por última vez te lo digo, deja de gritar.

Peter se apoyo en la isla dando un golpe con sus manos y miró con los ojos entrecerrados al alfa, desafiante. 

- Oblígame. 

Steve no habló, sino actuó. 

Enseguida comenzó una persecución en círculos por toda la cocina. Daban círculos alrededor de la isla, Peter intentando despistar al alfa para poder salir de la cocina y Steve intentando pillar al omega y acorralándolo en la esquina de la cocina. 

Peter no tenía miedo de Steve, sabía que no le haría ningún daño pero no le daría el gusto de ser atrapado. Mientras que Steve se estaba comenzando a calentar porque un estúpido omega le estaba vacilando. 

Un tiempo después Steve tuvo la asombrosa idea de subir a la isla e ir por encima. Y cuando se abalanzó sobre el chico, este fue más rápido y escurridizo. Así Steve cayendo directamente al suelo y dándose un golpe en la cabeza con la esquina de la encimera.  Peter se dio el lujo de antes de escapar, darse la vuelta y reírse por lo bajo. 

La risa acabo cuando conectó con la mirada asesina de Steve. Ahí fue cuando decidió correr a la salida de la cocina para esconderse en cualquier lugar. 

En ese preciso momento, las puertas del ascensor se abrieron dejando ver a un Stephen totalmente deseoso de ver a su omega. Y lo único que se encontró fue con Peter corriendo hacia él y detrás suya a un Steve totalmente enojado. 

- ¡Stephen! ¡Steve me quiere matar!

Peter enseguida se escondió detrás del alfa recién llegado. 

- ¡Deja de inventarte partes de la historia que no son ciertas!

- ¡Si que lo es! ¡Eres un mentiroso!

- ¡Cállate idiota!

- ¡Insensible!

- ¡BASTA!

Esta vez gritó Stephen, lo estaban volviendo loco. Era mala idea dejarlos solos y lo sabía. 

- Steve... ¿por qué estas sangrando?

- ¿Qué?

Esto lo preguntó Peter saliendo de detrás de la espalda de Stephen y mirando al rubio. Efectivamente, estaba sangrando. Steve llevo su mano a su frente, en donde sentía dolor. Cuando vio la mano, estaba ensangrentada. 

Stephen se soltó del agarre del omega y se acercó a su amigo. Lo guío al sofá en donde lo sentó. 

Peter se sentía mal, era su culpa que estuviera así. No quería que estuviera así, era solo un juego tonto. Una discusión que no merecía la pena que acabara tan mal. Enseguida se angustió más de lo que estaba y comenzó a pellizcarse las manos en un pequeño acto de uno de sus innumerables ataques que le causaban estas situaciones. Comenzó a dar vueltas mientras que se lamentaba y se comenzaba a echar la culpa a si mismo.

Stephen mientras examinaba de primeras la herida del rubio. Hasta que este se harto de los lloriqueos del omega y le comenzaba a doler mucho más la cabeza de lo que ya le dolía antes.

- Por dios haz que se callé ya, mi cabeza va a explotar. 

Stephen suspiró y se alejó de su compañero para ir con Peter. 

- Peter cielo, relájate ¿vale? A Steve no le pasara nada, solo es una herida. 

- ¿De verdad?

- Claro que sí, se la trataré y estará como nuevo. Pero necesito mucho silencio porque debo estar concentrado para ponerle los puntos.

- ¿¡Necesita puntos!?

- ¿¡Necesitó puntos!?

- Sí, sí los necesita pero es solo para que la herida cicatrice antes. No te preocupes. ¿Estarás callado?

Peter asintió. Stephen le dio un suave beso en la frente y lo guío para que se sentará en el sillón individual. Suspiró y volvió con Steve.

- ¿De verdad son necesarios los puntos?

- Sí.

- ¿De verdad?

- Steve, ¿te da miedo que te ponga puntos?

- No no, solo que no los veo necesarios. Con una tirita es suficiente, ¿no?

- Steve... no es suficiente. 

Steve suspiró, le echo una mirada a Peter y después a Stephen.

- Cuando quieras comienza...

Mi Vida A Tus Pies ~ allxPeterParkerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora