Ambos se encontraban frente a la puerta negra de cristales relucientes, uno con una enorme sonrisa en el rostro y el otro con los nervios a flor de piel, sus manos entrelazadas sin intención de soltarse dejarían más que claro el mensaje al entrar, así que una vez abierta la puerta no habría marcha atrás. El timbre resonó y el pelirrojo intentó aplacar sus inseguridades, respiró hondo inundando sus fosas nasales con el fragante olor a rosas de la primavera y apretó la mano de su contrario.
No podía ser tan malo ¿cierto?
-¿estás nervioso, bebé?-el pelinegro le dedicó una sonrisita burlona-
-cállate, tonto-el menor frunció el ceño-
-Akira, mi familia ya te conoce. Cálmate-le dijo el de ojos grisáceos-
-me conocen como tu mejor amigo, no como tu novio-aclaró el pelirrojo-es muy distinto
-estará todo bien. Faith me lo prometió, me aseguró que todos aceptarían que fueses mi novio, yo le creo-explicó Kenzie con una sonrisa-
-pensé que yo no le agradaba-el de orbes azulados hizo una mueca-
Más la puerta se abrió enseguida impidiéndoles seguir hablando. La hermana mayor de los Riley apareció en el umbral indicándoles que pasaran, un corto pasillo en matices blancos y grises les recibió, con una bonito arreglo de lirios y un cuadro del antiguo Londres en la pared.
-mamá y papá están en el salón-les dijo la de ojos azules-vayan con ellos. Los gemelos bajarán luego
-¿ves?-el pelinegro volteó a ver su novio-todo estará bien
-tranquilo, O'Brien-la mayor palmeó su espalda-por desgracia haces demasiado feliz a mi hermanito así que, por ahora les ayudaré en todo. Vayan
Y así fue, tal cómo les prometió Faith.
La hija de los Riley desde mucho antes que supo del gusto de su hermano menor por aquel duende pelirrojo, el comportamiento risueño de Kenzie, los muchos mensajes que recibía y las llamadas a escondidas en las madrugadas le indicó que aquello no era una simple amistad por lo que, como buena hermana que era no permitiría que nadie, ni siquiera sus padres, dañaran al menor. Comenzó por asegurarse de que Kenzie realmente sentía algo por aquel muchacho y cuando lo tuvo claro se reunió con los mayores.
De manera secreta tuvo miles de discusiones con sus padres, quienes no podían creer que su hijo gustara de un chico, quizás por el repentino descubrimiento o los estereotipos y prejuicios que llenaban el medio. Faith se encargó que delante del menor todo pareciera igual aunque realmente, entre ellos el ambiente fuese tenso, y después del viaje a Irlanda ella les confesó que el chico que había enamorado al brillante Kenzie Riley era el pelirrojo mitad japonés que decía ser su mejor amigo.
Las cosas empezaron a mejorar de a poco, Akira no les parecía mal chico y debían sobreponerse a la idea de que, en pleno siglo XXI no podían permitirse juzgar a alguien, mucho menos a su hijo así que, después de muchos intentos accedieron al hecho de que si su hijo era feliz con Akira ellos lo aceptarían, porque a pesar de todo la felicidad de Kenzie, Faith y sus gemelos, Lukas y Logan, era lo más importante para ambos.
-sé qué haces sonreír a mi hijo, Akira, es suficiente para mí y para mi esposo-le dijo Brooke con una sonrisa-nosotros aceptamos su noviazgo
-bienvenido a la familia-Liam apretó su mano con fraternidad-eres un buen chico, y mientras sepan llevar esto podrán contar con nosotros
-gracias, papá-el pelinegro abrazó a ambos adultos-gracias, mamá
-cuidaré de Kenzie, se los prometo-murmuró con las mejillas sonrojadas el de orbes celestes-
ESTÁS LEYENDO
Our story
RomanceIncluso si muchos piensan que es sólo es un amor de verano, si nuestras familias se oponen, si las distancia nos juega malas pasadas, incluso si las estrellas dejaran de brillar... Yo te seguiré amando hasta el final.