•Alex•
Como si no fuera suficiente el río de dudas que mis padres volcaron en Pipes y yo respecto a la edad y nuestra relación, ahora también tenemos que lidiar con la posibilidad de que las tontas compañeras de la universidad de mi novia nos hayan visto en ese callejón.
Me culpo completamente por no poder resistir si darle un beso, pero bueno, ya no se puede retroceder el tiempo.El camino del estacionamiento a mi aula es eterno, parece que los pasillos y jardines se han alargado solo para hacerme sentir más pesado el trayecto.
Hay pocas personas aquí porque aún es temprano, y mientras camino adentrándome en el edificio pienso que tengo el tiempo suficiente para servirme un poco de café en la sala de maestros, así que me dirijo hasta allá.
El sitio está vacío, y me parece perfecto pues así no tengo que saludar a nadie y dado que no estoy de muy buen humor por tanto insistirle a Pipes que estaremos bien, es casi momento de agradecer al cielo o al infierno haber llegado temprano, y debo decir que eso no se debe a mi responsabilidad o puntualidad, no señor, más bien se debe a que ni siquiera pude dormir bien.
Saco una taza y la coloco bajo la cafetera que lentamente vierte el líquido caliente que en seguida desprende su aroma y me hace suspirar. Aguardo sonando mi pie en el suelo y mientras lo hago, siento la mirada de alguien fija en mí, pero no tengo intenciones de voltear.
Parece que incluso me pongo nerviosa solamente por suponer que me observan, y cuando al fin decido voltear a ver, la mirada fija de Red me hace pasar saliva.
Me quedo inmóvil, como cuando las cabras ven un paraguas abrirse frente a ellas.
¿Qué? ¿No lo sabías? Podrá parecer algo inverosímil o algún truco de video, pero la realidad es que esta variedad específica de ese animal sufre un literal colapso al ver cómo un paraguas se abre en su cara. Las cabras quedan petrificadas en el suelo durante unos segundos y luego logran recomponerse, para intentar alejarse lo más lejos posible de ese objeto. Bueno, la mirada de Red causó en mi casi el mismo efecto, solo sin hacerme caer al suelo.*Red: -Vause...- Sisea dejando de lado la cuchara con que revuelve su café. -Justo iba a buscarte hoy.-
*Alex: -Buenos días Red, bueno, me has encontrado.- Trato de sonar despreocupada y bebo un sorbo de mi café hirviendo que ahora, con lo frío que siento mi cuerpo, parece que no me transmite ni un poco de su calor.
*Red: -Necesito verte a solas, en mi oficina.- Dice con seriedad.
*Alex: -Umm... Sí, claro... Sí...-
*Red: -En cuanto puedas encuentrame ahí.- Se da la vuelta y no dice ni una sola cosa más.
¿Es que ahora le han contado sobre nosotras en el callejón? Es lo único que me faltaba.
Atiendo mi clase un momento, y en cuanto los alumnos están ocupados, les pido mantenerse trabajando mientras voy a encontrarme con la directora.
Tenemos años de amistad, desde que yo era alumna aquí podría decir que ambas congeniamos bastante bien, sin que eso significara ser tan cercanas, pero cuando obtuve el puesto en la universidad, todo cambió.
Red es una mujer recta y bastante estricta, pero dentro de ella también hay un enorme corazón, que si se llega a traicionar, las consecuencias de ello son implacables, y no quiero vivirlas en carne propia.
Los pasillos largos y silenciosos parecen darme el escenario perfecto de alguien que va directo a su ejecución.
Desabotono un poco mi blusa creyendo que así podré respirar algo mejor, pero parece que ni siquiera eso es una buena ayuda ahora. Suelto un suspiro tratando de tranquilizarme frente a la puerta de Red y con una mano temblorosa toco despacio.*Red: -Adelante.- Dice aún manteniendo la rectitud en su voz y el frío en mi sangre.
*Alex: -¿Querías verme?-
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ENSÉÑAME
FanficUna historia entre dos almas gemelas tan inteligentes para saber reconocer sus sentimientos y diferencias, con bastante tacto para tratar de hacerlo funcionar para ambas, pero lo suficientemente desesperadas como para no perder el tiempo y enfrentar...