Parte 1.

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La princesa Luna miro desde lo alto de su torre al suelo una vez más. El suelo se veía tan lejano desde donde ella estaba, las personas en las calles se veían como pequeñas hormigas. Su torre era tan alta, que podía decir tranquilamente que al levantar las manos, podía con ellas tocar las nubes

Su castillo era uno de los más grandes de la zona, su padre, el rey estaba muy orgulloso de su gran hogar, estaba orgulloso de su personal, estaba orgulloso de sus caballos, estaba orgulloso de sus adornos, de sus espadas, de sus bodegas de oro, de su mujer, de sus jardines, de sus tierras, de su reinado. Pero no estaba orgulloso de ella.

Luna lo había decepcionado, ella lo sabia. No era necesario que el rey se lo diga con palabras, ella había sentido su mirada en su espalda, luego lo había mirado y la fría mirada de su padre fue un golpe en su mejilla. Estaba muy decepcionado y enojado.

Su padre estaba lo suficientemente enojado con ella como para obligarla contra su voluntad a cumplir un trato.

Luna suspiro y cerro sus ojos, recordando los acontecimientos de este día...

Al fin su padre acepto llevarla a pasear por el reino, en sus 23 años de vida, ella nunca había salido del castillo, siempre se quedo dando vueltas por ahí. Desde pequeña insistió mucho a su padre para que la dejara salir, el rey nunca la dejaba. Temía por su seguridad, hasta el día de hoy.

La iba a llevar a pasear y luego la llevaría a una reunión que él tenia con los reyes del reino vecino. Los reyes de España.

El reino en donde la princesa Luna vivía y era princesa era Miles. Un reino con apenas 100 años de antigüedad, estaba ubicado al norte de España y si, sobre terreno español. Por causa de que Miles estaba sobre otro territorio, habían comenzado algunos problemas con los reyes españoles, estaban al inicio de una guerra que claramente Miles podría perder. Pero su padre era muy orgulloso como para devolver el terreno a España. Su padre los estaba mandando a una guerra directa.

Pero ayer había estado hablando con su consejo. Estuvieron mucho tiempo encerrados en una habitación discutiendo sobre algunas posibilidades y algunas estrategias para poder evitar una lucha. Habían llegado al fin al acuerdo.

Luna esa tarde estaba muy emocionada por acompañar a su padre a la reunión, estaba muy ansiosa por ver a su padre hacer una tregua con el otro reino. No pudo ocultar su sonrisa mientras se subía a su carruaje y mientras daban paseos por las calles en el reino.

Una hora después de dar vuelta, su padre le indico a su conductor que los lleve a una de las mejores cantinas que tenían en el reino. Media hora después los tres (Había olvidado mencionar que su madre estaba acompañándolos) bajaron y caminaron hacia una cantina muy elegante, en una de las mejores zonas del pueblo, coincidencia que estaba cerca de su castillo, ella podía ver su torre desde aquí.

Al entrar fueron guiados por unas personas a un sector privado, una habitación en un buen estado donde los estaban esperando los dos reyes de España y el príncipe español. Se saludaron cordialmente a pesar de que había una cierta tensión en el aire. Luego su padre comenzó a hablar.

—Debido a vuestras diferencias. Ayer estuve hablando con mi consejo, pensamos muchos en su propuesta. Decidimos que la unión es lo mejor para ambos, ustedes quieren el terreno, nosotros queremos un rey. Así que acepto, vuestra hija contraerá matrimonio con vuestro hijo en una semana. Espero que con esta unión, podamos dejar nuestras diferencias de lado y traer la paz a los reinos.

Su padre en ningún momento dudo en lo que decía, en ningún momento la miro como lamentando todo, en realidad, su padre ni siquiera le consulto sobre esta decisión, él no le había preguntado si estaba conforme con ese acuerdo.

Robar a la Princesa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora