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Desperté.

Después de que ese auto me chocará en la carretera la espalda y de golpearme en la cabeza contra el tronco de un árbol, cuando quedé inconciente solo pude ver un cuarto negro, mi cuerpo estaba completamente frío.

Sigo en el mismo lugar, estoy completamente en la tierra acostada, mi cabeza me duele como si me ubieran golpeado un millón de golpes con un mazo. El auto ya no está, supongo que el cobarde se dio a la fuga.

—Rayos, si que duele. —puse mi mano en mi cabeza para ver si tenía algo de sangre pero no tenía nada solo el dolor en la cabeza, mi espalda la sentía completamente bien.

Derrepente recordé que tenía que estar en casa antes de las 10, no sabía del todo bien que hora es pero dado a que ningún auto pasaba y no había más que el ruido que provocaba el viento contra los árboles.

Mis padres me van a matar.

Y para mi mala suerte la ciudad quedaba a 2 horas de la carretera en donde estoy, mi bicicleta está destrozada del otro lado de la carretera y no tengo dinero ni mi celular, el idiota debió averme robado pensando que estaba muerta.

Tengo que correr.
..........
Después de quedarme sin aliento al correr más de 3 kilómetros al fin llegué a casa.

Una cuadra antes de llegar a mi casa pude ver la patrulla de policía afuera con un oficial en el marco de la puerta entre tus manos tenía su gorra en la mano izquierda y tenía la cabeza agachada solo podía significar una cosa, y es que algo malo pasó.

Corrí hasta llegar.

—¿Me puede decir que ocurrió?. —le pregunté fatigada y angustiada.

El no me respondió siguió en la misma posición que ví una cuadra antes de llegar.

—¡Oiga! ¡Le estoy hablando!. —sin respuesta.

Me cansé y decidí entrar. Cuando entré pude ver a mis padres en el sillón de la Sala llorando abrazados, mis hermanos estaban de pie abrazados llorando a lado del sofá de donde se encontraban mis padres.

—Mamá ¿Qué pa.... —no termine de hablar ya qué cuando lo estaba haciendo me estaba acercando a mi madre e iba a colocar mi mano derecha en su hombro pero está traspazo su hombro.

—¿Qué rayos? Papá ¿Qué.....

—Le llamaremos para que venga a identificar el cuerpo de la joven. —mi padre asintió ¿Que cuerpo? ¿Que joven? —Buenas noches y mis más sentido pésame.

El policía me traspazo, el estaba al frente de mi, camino hacía a mi y me traspazo.

—No no no no, ésto no puede ser verdad, esto tiene que ser una jodida broma. —vi mis manos y a todos lados asustada.

¿A caso estoy muerta?.

¡No!, no puede ser. Yo me desperté en la carretera sola, no tengo sangre en mi cabeza, mi espalda está bien. Intente tomar la mano de mi hermana pero fue imposible mi mano traspazo la suya.

Mi madre se levantó del sofá y agarro una foto mía la cuál estaba en él estante a un metro a lado del sofá.

—Regresa porfavor. —su voz se quebró mientras las lágrimas caía por su hermoso rostro mientras abrazaba con mucha fuerza contra su pecho mi fotografía.

—Mamá estoy aquí, no me e ido, aquí estoy, porfavor mirame. —mis lágrimas empezaron a salir.

—Ella está mejor allá, mamá. —mi hermano la abrazo por la espalda mientras los dos aún derramaban lágrimas.

—¿Qué ocurre?. —mi abuelo bajo las escaleras, estaba completamente confundido.

Mi padre lo miro, mi madre intento hablar pero solo logró abrazar con más fuerza a mi hermano y dejó caer mi fotografía.

Mi abuelo se dio cuenta.

—No, no, no, no puede ser verdad. — pasó su mano por su cabello y de su ojo izquierdo salió una lágrima.

Corrí hacia él.

—No, abuelo aquí estoy, no me e ido, mirame porfavor. —mi mano estaba en mi pecho mientras le suplicaba que me mirara.

—¿Como pasó?. —preguntó.

—Ella estaba en medio de la carretera manejando la bicicleta, el conductor iba ebrio, golpeo la bicicleta y ella cayó chocando contra un árbol, hicieron todo lo posible pero no pudieron salvarla. —respondió mi padre mientras sus manos estaban juntas haciendo fuerza, cada palabra salía y transmitía con un dolor y tristeza que jamás había visto en él.

—¡No! Abuelo porfavor mirame, mirame, no me e ido, sigo aquí. —traté de poner mis manos en su cara para limpiar sus lágrimas pero no lo logré, mi mano se desvaneció mientras lo intentaba, el camino hacia mi papá y lo abrazo.

Me quedé ahí viendo mis manos, las cerré con todas mis fuerzas formando un puño y enterrando mis uñas en las Palmas de estas, caí al suelo de rodillas.

—¡Maldita sea!. —grite mientras mis lágrimas caían por mi rostro.

Yo me fui.

Yo morí.

AprilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora