prólogo: los inicios de un joven cazador

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Se que ustedes no entenderán mucho de lo que digo, no los culpo, después de todo, aún no puedo creer que muchas de esas cosas me pasaran a mi, ¿Quien soy? Bueno... Esa es una pregunta difícil difícil de responder, ya que no tenía un nombre hasta hace unas horas, ¿A qué me refiero? Esa es una pregunta que puedo responder, así que, déjame contarte que es lo que pasó ese día

Cómo te mencioné antes, no tenía nombre, nunca tuve uno, no sabía nada del mundo, no sabía leer, escribir o vocalizar correctamente, ¿a que se debía eso? A que era huérfano, no tengo muchos recuerdos de esos días, pero lo que recuerdo, es que hasta los 3 años viví cuidado por una organización de la cual no recuerdo el nombre, no hablaba, no jugaba con niños de mi edad, no socializaba, era en toda la extensión de la palabra, un lobo solitario, si, soy un fauno, un fauno de tipo lobo, aún que en mi caso poseo los rasgos leves de un lobo,  mi rabo, las orejas y pequeñas garras en mis manos, no tenía nada relevante, por mi reflejo en el agua que bebía de un río es que se mi apariencia, cabello blanco, ojos rojos, piel algo pálida y dientes un poco más filosos que los que tendría una persona normal, realmente no me gustaba el hecho de que al momento de jugar todos se sintieran incómodos con mi presencia, así que un día decidí escapar y vivir en el bosque, tenía 3 años cuando eso paso, sobrevivía comiendo pescados crudos, recolectando frutas, cazando animales pequeños, pero siempre estaba invadido por una profunda y larga soledad, no sentía compañía, no sentía felicidad, simplemente sabía que estaba solo, pero por terquedad y miedo, es que me mantuve vivo, poco sabía yo que esas emociones atraían a las criaturas que yo siempre llame bestias oscuras, que ahora se, son llamadas grimms, pero sobre todo, no sabía que lo que podía hacer era llamado era llamado semblanza, Si te preguntas cuál es esa semblanza, primero debo explicar lo que entendí que era la misma, la semblanza es un poder algo único que depende de la personalidad y el alma de la persona, los grimms no pueden usar una ya que son criaturas sin alma, la semblanza puede ser similar a la de los padres pero no idéntica, por lo que cada semblanza es un poco única en cada persona, pero incluso así, me dijeron que la mía era muy extraña y también... Algo siniestra, mi semblanza fue llamada "aumento frenético" por ellos, al principio pensaron que era por relación a las emociones, pero nada más lejos de la realidad, las reglas de esa habilidad eran muy simples, mientras más sangre este bañándome, más daño puedo causar, puede ser mi sangre en caso de estar herido o la sangre de las cosas con las que peleaba, el inconveniente de eso era que los grimms no sangraban, o no que yo recordara, solo terminaban por volverse cenizas cuando los matabas, la verdad es que solo pude ver a un solo tipo de grimms, los de tipo lobo, no se si sean comunes pero eran los que siempre me encontraban, me costaba mucho poder matarlos solo con mis manos, así que aprendí a hacer herramientas muy simples de roca o madera, lo más útil que hice para poder matar a esas cosas y cazar, fueron flechas de roca, ya que aprovechaban la velocidad con la que eran disparadas para penetrar a los grimms, muchas veces daba en el ojo de los mismos para acabar rápido, cuando fallaba tenía que luchar cuerpo a cuerpo, usaba mis garras y un rústico pero útil cuchillo de piedra mal hecho pero afilado, claramente, siempre salía herido de esas peleas, aprendí a moverme gracias a ellos, debido a mis características de lobo no debía ser muy complicado debido a que eran de ese tipo, aprendí agilidad, ataques aprovechando esas diferencias mínimas, fortaleciendo mi cuerpo entrenando y corriendo siempre que podía, forme bien mi cuerpo y reflejos ante esos combates que pasaban casi a diario, pero los 5 primeros años no podía matar a los grimms, solo los dañaba para que no pudieran matarme, pero también resultaba muy dañado cuando pasaban esas peleas, podía oler las hierbas medicinales y usarlas muy primitivamente, así que me salvaba por poco, pero el dolor no desaparecía en días, así que no podía cazar y tenía que sobrevivir pescando y comiendo frutas, pero cierto día, cuando habían pasado pasado 20 lunas desde que terminó el invierno, alguien me encontró en el bosque, estaba sentado después de pelear contra un grupo pequeño de grimms, el estar acostumbrado a ellos me dió una manera de lidiar con ellos en grupos, pero no espere que me vieran, estaba absorto en mi pelea, al punto que no analizaba mi alrededor, tenía el cuchillo rústico en mano y un carjac de cuero de venado lleno de las flechas de punta de roca, tenía una flecha en una mano y el cuchillo en la otra, aún que estaba acostumbrado, mi semblanza era inútil en peleas con grimms hasta que me hacían sangrar, que no eran pocas veces, mi ropa también estaba hecha de piel, piel que aprendí a curar por necesidad y tratar para usarla sin molestias, fue difícil y arruine muchas pieles en el proceso, pero siempre aprendía un poco, aún que la persona que me veía, era una mujer, una mujer rubia con unos objetos extraños en sus ojos, cuando la pelea comenzó, me dedique a esquivar y usar de impulso las extremidades de los grimms para llegar más alto, llegando a los árboles para impulsar me y clavar con la flecha que tenía en mano los ojos de los grimms, un punto vulnerable que me dejaría a merced de los demás del grupo atacante, al menos así sería si no hubiera aprendido a moverme como lo hago, cada que clavaba una flecha en los ojos de un grimm, saltaba hacia atras del que había herido para que sus propios compañeros lo remataban, no era muy fuerte, pero aprendí a usar su fuerza en su contra, di un pequeño vistazo a los grimms parados y recorrí el lugar con mi vista, era un poco... Extraño saber que había más miradas en mi de las que creía, quedaban 4 grimms, al parecer, más enojados que antes, así que tome otra flecha para prepararme, pero en lugar de esperar, ahora fui yo el que corrió a ellos, aprendí que sí matas a uno de los grimms de "la manada" el resto será más precavido, pero si vas directo a ellos, se dejarán llevar por las ganas de matar, eso te da oportunidad de esquivar si no tienes miedo a resultar herido, ya que está estrategia es arriesgada, pero hay un patrón leve, siempre lanzarán un zarpazo ascendente y otro descendente al terminar ese, así que debías saltar a la izquierda luego rodar a la derecha, así dejarían una abertura en su punto vulnerable, los ojos, ese era el momento de apuñalar y clavar la flecha, al repetir el proceso siempre los que acompañen al grimm atacarán para intentar matarte, así que debes impulsar te hacia atrás para que aplasten a su compañero, nuevamente, logré que matarán a otro de sus compañeros, pero aquí venía lo complicado, ellos ahora no atacarían, pero no me dejarían escapar, así que era hora, comencé a correr alejándome para tomar impulso con las rocas grandes que estaban en el camino, claramente me siguieron, pero había otro par de pasos, ligeros y sin mucha intención, parecía más un conejo cercano más que un perseguidor, así que comencé a correr más a prisa, al subir a los árboles me di cuenta de que les costaba más seguir el rastro de ese modo, así que aquí empezaba la siguiente estrategia, emboscar y causar que se ataquen entre ellos, esta era la parte difícil, pero era mi técnica para lidiar con ellos y librarme de problemas que pudiera haber a futuro, no tardaba mucho en prepararme para las emboscadas, saltaba en el último de ellos y acuchillaba sin parar sus ojos, debido a su rugido sus compañeros volteaba a verlo y atacaban, rompiendo a golpes su máscara en un intento de matarme, quedaban 2, así que volví a emprender carrera, ahora debía llegar al punto estratégico para lograr matar ambos, estaba corriendo con dirección a la cueva que fue mi hogar en esos años, no tenía mucho, pero tenía lo suficiente para dejarme vivir tranquilo, sobre todo, había trampas para cazar animales y trampas para protegerse de los grimms, al saltar y colgarme a una cuerda que había colocado hace unas semanas ahí con la intención de ser un señuelo, me columpie hasta la entrada de la cueva, solo para mirar a los grimms caer en un agujero lleno de estacas afiladas, la persecución había terminado y las cenizas que salían del agujero eran lo que confirmaba mi victoria, así que me deje caer al piso respirando agitado y mirando al cielo, había sido un largo y pesado día, pero ya estaba en casa, podía descansar y tomar un baño, después de todo, había un lago al lado de la cueva, ahí pescaba y me limpiaba el cuerpo, pero no todo salió como un habitual día de mi vida, unos aplausos se escucharon, de inmediato me puse alerta y tome una flecha junto con el cuchillo, no sabía que pasaría, pero debía estar preparado para defenderme

RBWY los recuerdos de un faunoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora