CAP 5. Al borde de la ley

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RODRIK

Oscar era un buen amigo mío, él el policía y yo el detective, pero los dos teníamos que saber que pasó y los dos a veces utilizamos técnicas, un poco, como decirlo... guarras. O ilegales, depende de cómo quieras llamarlas. Llegué a su casa, quería verme por algo, y más vale que fuera importante, estaba muerto de cansancio de tanta investigación. Él no estaría cansado para nada, tenía como 25 años menos que yo, así cualquiera.

Toc toc. Llamé a la puerta esperando a que me abrieran pero nadie lo hizo. Intenté mirar a través de la ventana, pero estaba oscuro y no había indicios de que hubiera nadie. Entonces alguien habló por el telefonillo:

- ¿Si? –era una voz de mujer, se acababa de despertar y estaba adormilada- Oscar te dije que no llamaras, estaba dormida.

- Soy Rodrik, Oscar me ha llamado, al parecer quiere verme.

- Oscar no ha llegado todavía, supongo que serás un compañero de trabajo. Cuando vuelva le diré que ha venido, ¿Rodrik cierto? Que pase una buena noche. –estaba enfadada.

- Sí pero espere señora por fav... –y el telefonillo se apagó.

Oscar no ha vuelto a casa. Algo malo pasa, muy malo. Oscar nunca deja tirado a nadie. Estaba cansado, pero decidí averiguar qué pasaba, casi me duermo en el coche conduciendo hacía comisaría. De repente recibí una llamada de Oscar. Por supuesto, cogí el teléfono.

- ¿Oscar? ¿Oscar dónde estas?

-...

- ¿Oscar estás ahí? ¿Estás bien?

-...

Nadie respondía, solo silencio. Se escuchaba una respiración y se oyó un pequeño sonido de ratón y lo que parecía ser una grabación hizo que el silencio se cortara de manera repentina.

- "Código 3, repito código 3. Enmascarado en la calle Uvas, va armado."-era la voz de Oscar y parecía que estaba informando en la radio por un altercado- "A todas las unidades, necesito refuerzos en el callejón de la calle Uvas".

- ¿Quién eres? ¿Qué has hecho con él? -grité al teléfono intranquilo y con rabia.

- No te acerques a mí –esta vez era una voz robótica, utilizaba un modulador de voz- Si me molestas, si te interpones en mí, acabarás como él, sufrirás viejo.

Y colgó. Se me saltaban las lágrimas. Necesitaba encontrarle, no podía quedarme aquí llorando. Abrí la guantera y saqué mi revólver, lo cargué, pisé el acelerador y salí pitando al callejón de la calle Uvas.

Cuando llegué, las luces de varios coches de policía y de una ambulancia me cegaron. Eso no me gustaba.

- Señor no puede pasar aquí. Salga de la zona.

- Quita idiota –y aparté al agente, ahora no podía despistarme.

Al parecer el agente vio el revólver que llevaba y sacó su arma y sus compañeros también lo hicieron.

- Señor suelte el arma lentamente y ponga las manos arriba –dijo uno de los agentes.

- ¿Quién está a cargo? –grité con un tono apremiante.

- Yo.

Un hombre alto y fornido se me acercó y aclaré con él quién era y porque había venido. Tenía una placa de metal en el pecho en la que se podía leer: "Inspector Jefe José Colorado". El inspector me contó que cuando llegaron descubrieron a Oscar inconsciente. Le habían inyectado una droga que casi lo mata, ahora mismo estaba en coma en un hospital de la zona. Quien me llamara le tendió una trampa a Oscar, no fue sin querer. Había un grafiti en la pared donde estaba apoyado Oscar, era una estrella de color rojo y dentro había escrito "W3NK ESTUVO AQUÍ" con unas letras negras. Mientras los dos mirábamos el grafiti intentando descifrarlo, el inspector me empezó a interrogar.

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⏰ Última actualización: Sep 19, 2020 ⏰

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