Al ser descubiertos en una misión encubierto, el lector y su compañero Jimin se ven forzados a adaptarse a una nueva vida en una granja a las afueras de un pueblito al tener que pretender que son esposos. ¿Podrán dirigir la granja sin ser descubier...
Me despierto y siento la tranquila respiración de Jimin junto a mí. Otra semana pasó y hoy es domingo de nuevo. Por fin nuestro día libre. El restaurante ha tenido un poco menos de gente, pero aún así yo estoy exhausto. Esta semana estuvo particularmente difícil y cansada porque nos pusimos a arreglar la granja durante la semana. Fue muchísimo trabajo para ambos, pero lo bueno es que ya terminamos con las listas de cosas que hizo Sam. Casi nos quedamos sin dinero, pero yo creo que valió la pena. La granja está lista, pero a la casa todavía le falta mucho. Honestamente preferiría ahorrar dinero y pagarle a una persona para que haga todo lo que falta, pero tendríamos que ahorrar muchísimo para eso. Vaya cómo me gustaría poder utilizar el dinero de mi sueldo. A pesar de que al restaurante le está yendo bien, los márgenes de ganancia no son tan altos como para podernos dar el lujo de contratar a un diseñador o algo parecido. Aunque, la verdad es que sólo me conformo con poder pagar el mantenimiento de la granja.
Le echo un vistazo al hermoso cuerpo de Jimin todavía dormido. Tengo que admitir que me ha costado muy poco adaptarme a vivir con él. De vez en cuando tenemos nuestras discusiones, pero al final del día confiamos fielmente el uno al otro y realmente disfrutamos de nuestra compañía. Esta semana fue especialmente dura para Jimin porque me tuvo que ayudar con ciertas reparaciones, a pesar de no gustarle y trabajó bastante duro. Tengo que admitir que admiro mucho su positivismo, él siempre me está motivando incluso cuando las cosas no se pueden ver peor; él siempre le ve algo positivo.
Decido levantarme por un vaso de agua con mucho cuidado de no despertarlo. Caramel se despierta al escucharme y baja a la cocina conmigo. Le sirvo un plato de comida y sin dudarlo empieza a vaciar el contenido del plato mientras me sirvo agua en un vaso. Me asomo por la ventana y veo el lindo paisaje de la granja. Se ve totalmente diferente a cuando llegamos; eso me hace sentir cierto orgullo. Escucho unos pasos y me volteo para ver a Jimin con una de mis sudaderas que le queda un poco grande. Tiene puesto el gorro supongo que para disimular lo despeinado que está. Se restriega los ojos en un intento por despertar completamente. Hermoso.
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- Buenos días mi amor.- me dice antes de plantar un largo y rico beso en mis labios. Inmediatamente que se separa, rodea mi cintura con sus brazos casi recargándose en mí y acomodando su cabeza en mi pecho. Yo lo abrazo también.
- Buenos días bebé. ¿Cómo dormiste?- le pregunto antes de plantar un beso en su cabeza.
- Dormí bien, pero no amanecí para nada bien.-
- ¿Qué? ¿Por qué amor? ¿Qué te pasó? ¿Estás enfermo?- lo tomo de los cachetes con cara de preocupación para verlo a los ojos, escaneándolo para intentar descifrar si le duele algo o algo por el estilo.
- Porque desperté y no estabas a mi lado. No sabes cuanto odié eso.- su cara proyecta un puchero enorme al que aparentemente soy totalmente débil.
- Perdón amor, me dio sed y vine por agua.- mi cara se relaja al ver que él en realidad está bien.
- Ven, vamos a la cama.- me agarra la mano dirigiéndome a las escaleras camino al cuarto.
