Capítulo 6

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El anciano de ojos cansados la guío a una sala del lugar y la dejó ahí sola, las sillas eran cómodas y tenía un plato de galletas apetitosas; si hay algo a la que Latte no se podía negar era a las golosinas pequeñas. 

Oh santos dulces, cuantos dolores de cabeza no les habían sacado a sus padres, a su entrenadora y a la pobre de Esula cuando los comía de más.

Estaba tan entretenida comiendo que no notó cuando alguien más entró a la sala, en medio de un bocado una cara se postró frente a ella de repente.

"¿Querida clienta?"

"¡Whoa! ¡¿Qué mierda?!"

Lanzó la galleta que tenía en la mano por el susto y casi le da al joven, pero este detuvo con su mano y la aplastó. Latte vio con pánico la cara de Arwin, quien la miraba confundido.

Oh santa mierda.

Sabía que los dulces eran peligrosos para la salud y todo eso, pero jamás pensó una galleta la mataría (y no de diabetes). La fija mirada carmesí del genio solo la puso más nerviosa, seguro pensaba en como asesinarla.

"¿Tú eres el cliente? Vine porque me dijeron que nuestro cliente del millón vino por problemas en un producto"

Iba a matarla, definitivamente iba a matarla (al menos socialmente). Colgó con una frase estúpida para que no la mataran por quejumbrosa y ahora resulta que había ido caminando por voluntad propia a su tumba.

¿Qué hacía el ahí?

Era una tienda de su compañía, no sus oficinas principales ni nada así.

¿Acaso era la clase de jefe que hacía inspecciones sorpresa? Estaría de acuerdo si el jefe no fuera Arwin.

Nota mental: Jamás pedir trabajo en su compañía, no importa lo desesperada que estuviera.

Escuchó al hombre mayor llegar también a la habitación.

"Señor, no tenía que venir tan rápido."

"Dijiste que me diera prisa."

El pobre anciano decayó al instante y Latte sintió su corazón llorar, Arwin solo suspiró. Demonios, incluso con ese pequeño gesto era tan lindo, esto era un problema muy serio para el corazón de la rubia.

Volvió a centrase en ella y sonrió.

"Esta es una coincidencia muy divertida, ¿Quién diría que tú eres la clienta del millón de oro?"

La boca de la chica se abrió en forma de una "o" perfecta y su ceño se frunció ¿de qué le hablaba ese loco? Había un tono de burla en su voz y la forma en que hablaran era como si se hubieran conocido previamente, claro que si lo habían hecho con Ibelin cerca, pero dejó muy en claro que su existencia le era indiferente.

"Señor, ella es una clienta muy importante, debería mostrar respeto..."

"¿Insinúas que trato mal a mis clientes?"

El hombre se quedó callado, eso era definitivamente un no-dije-nada.

Arwin, según sabía, le hablaba a quien fuera como él quisiera. Estaba segura que incluso usaría un tono informal con el presidente y la reina de Inglaterra.

"¿Quieres que te dé el trato de cliente?" Le dio una hermosa y brillante sonrisa, pero un pequeño foco rojo en su cabeza le decía que no cayera "Hasta ahora te estoy tratando bastante bien..." tomó una galleta del plato "Tomando en cuenta que acabas de tirarme esto."

La pulverizo rodeado de un aura amenazante, pero seguía sonriéndole como un niño travieso.

A veces le dolía tener un instinto tan bueno.

Is she a Bridesmaid?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora