│ • Resucitada y Excitada • │

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No puedo con la ansiedad...
Disfrútenlo

—Gracias por permitir mi alta — le susurré a Arthur que envolvía mi cintura con cuidado mientras nos dirigíamos hacia la salida del edificio

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—Gracias por permitir mi alta — le susurré a Arthur que envolvía mi cintura con cuidado mientras nos dirigíamos hacia la salida del edificio.

Cuando estuvimos fuera, me sorprendí al escuchar los aplausos que nos recibían a Grace y a mí. Fruncí mi ceño porque claramente no me lo esperaba. Levanté la cabeza y miré a Arthur confundida por el recibimiento.

—Ya te explico, mi amor — asentí siguiendo con la caminata lenta, mientras sonreía a la multitud. Que vergüenza, menos mal me cambie la bata.

Cuando llegamos de vuelta al edificio sofisticado de los dormitorios, mi escuadrón nos estaba esperando a Grace y a mí con una sonrisa genuina y los brazos hacia atrás mostrándonos respeto.

No los había visto desde el miércoles como lo habíamos prometido, por órdenes de los científicos, que se dedicaron a hacernos estudios de todo tipo.

Mínimo en este trayecto de tiempo que llevamos me sacaron como cinco muestras de sangres, tres radiografías, y me metieron a un arca completamente desnuda.

El problema surgió de nuevo ayer, cuando la temperatura me subió a treinta y ocho grados, y tuve una pequeña convulsión de nuevo.

La Doctora Russelph que se encargaba de mi recuperación, advirtió a un Arthur muy alterado que se trataba de la expulsión de la sustancia de mi sistema.

— Te preocupas mucho por mí — Lo miré detalladamente antes de llegar a nuestro equipo.

—No lo digas como si no debería; por favor, Agnes — lo detuve mientras nos mirábamos mutuamente — Tú eres mi tesoro, y te protegeré hasta el día en que dé mi último suspiro. Haré que aquel que esté causando tu malestar, se ponga de rodillas ante ti — besó mi frente sin importarle que todos los miembros de élite de la Central nos estuvieran viendo — te lo prometo, mi niña.

—Déjame hacerlo contigo — susurré derramando una lágrima de la emoción. Me miró un tanto confundido y se separó levemente mientras una pequeña sonrisa se extendía en su rostro, intuyendo... — Arthur, quiero convertirme en una Agente — sus ojos se iluminaron, pero no dijo nada.

Es como si se estuviera replanteando el peligro que conllevaría mi decisión, pero ya estaba.

Esto lo venía pensando desde hace tiempo.

— Es hora de que le devuelva a esta Organización y a ti, todo lo que han hecho por mí — soltó un pequeño y casi inperseptible jadeo ante la voluntad y determinación de mis palabras — Quiero ser una de las mejores Agentes al igual que tú.

—Agnes... — negó limpiando la única lágrima que salió, con una sonrisa de orgullo en su rostro.

Una que siempre me gustó ver, en mis logros.

N U E S T R A (Míos #1) En Edición.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora