La primera cita

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Era una tarde fría de Julio, llovía a cantaros y no se veía que fuera a parar, pero ella amaba los días así. Su nombre era Samanta y era la chica más maravillosa que haya conocido, era lista; graciosa a su manera; sincera (aunque a veces demasiado); divertida; llena de esperanzas y sueños, llevaba enamorada de ella dos años y ese sería el día que me declararía por fin.

Había planeado la cita perfecta durante semanas; la llevaría al cine a ver la película que tanto había esperado ver “Harry Potter y las reliquias de la muerte: Parte 2”, iríamos a comer a su pizzería favorito y pediríamos lo de siempre, una pizza hawaiana familiar y por último la llevaría al parque donde rentaría una pequeña lancha, la llevaría hasta el lugar más lindo y por fin se lo diría.

Yo era un chico de preparatoria retraído e insubordinado; sin sueños ni un futuro claro, yo solo quería vivir bajo mis propias reglas, mi único talento era pintar y fue por la pintura que la conocí. Llego al taller de artes con una mirada tímida y un tanto dudosa, no era el tipo de chica que llamaría mi atención, me parecía una persona torpe y que no tomaba el arte en serio, eso me molestaba mucho. Hasta que un día puso su taburete junto al mío, no parecía ser un buen día para mí,  y no pude dejar de notar esa hermosa mirada que tenía mientras pintaba, era como si observara la cosa más hermosa e interesante del mundo, ese hermoso destello que jamás olvidare.

La espere en la entrada del cine por muy poco tiempo hasta que llego, solía ser una persona muy puntual. Compramos palomitas, refrescos y muchas golosinas mientras no dejaba de agradecerme el haberla invitado

Samanta: ¡gracias gracias, gracias! Oficialmente eres mi mejor amigo por siempre

Eleazar: Cálmate, Samanta. Solo es una película (¿mejor amigo por siempre? Eso es desalentador)

Samanta: ¡¿solo una película?! Es Harry Potter, sabes que es mi libro favorito

Hace un mohín como si hubiera sido víctima de la peor ofensa.

Eleazar: ¿y por qué crees que estamos aquí? Le dedique una sonrisa descarada.

La película transcurrió normal, aunque la mayor parte de la película se la pasó llorando.

- Para una persona tan agresiva es muy sensible- pensé.

Ese día debía estar muy feliz. Espero que así haya sido, de todo corazón, espero que sí.

Después de comer nuestra acostumbrada pizza le sugerí ir al parque y rentar una lancha, amaba ese lago así que sabía que no iba a negarse, pero…

Samanta: Lo siento, debo llegar temprano a casa. ¿Para la próxima?

Eleazar: Si está bien, no te preocupes

Estaba desilusionado, pero bueno –mañana será- pensé. No habría un mañana, ya que Samanta murió esa tarde en un choque automovilístico.

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⏰ Última actualización: Jan 14, 2015 ⏰

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