Las frias lágrimas caían de su rostro. Era de noche y se encontraba en su departamento, con el alma dañada.«Ruptura»
Había sucedido horas antes, su novia la había dejado por otra persona. No se había molestado por ello, ni siquiera le rogó que se quedara; Solamente lo aceptó y se disculpó consigo misma. No protestó en ningún momento, solo se había atrevido a hacer una pregunta; «¿Fue mi culpa?» Esas fueron las únicas palabras que salieron de su boca. Necesitaba saber si fue ella la causante de tal ruptura o no podría dormir, culpándose dia y noche.
«Lo nuestro no iba a terminar bien. Solo te importa el volley, además, incluso tú sabías que esto no duraría mucho. Adiós, "querida"» Esas fueron las últimas palabras de su ex antes de marchar.«¿Solo me importa el volley?», «¿No iba a terminar bien?», «Fue todo mi culpa»
Pemsamientos venenosos como esos rondaban su cabeza.
«No, claro que no. Tú invertías tu tiempo siempre que podías en ella; te perdiste algunos entrenamientos y partidos solo por estar con ella. No es tu culpa» Le susurraba su consciencia.
«He arruinado seis meses de relación por un deporte» Su corazón habló de nuevo.
«Ella solo te impedía cumplir tu sueño. Te alejaba más y más del deporte y de tus amigos, no valía la pena. En el fondo sabías que todo eso era tóxico»
Se levantó de la cama y miró por la ventana, secándose las lágrimas lentamente.
«Sí, tienes razón...»
En momentos como ese agradecía que su consciencia fuera lo suficientemente fuerte para no dejar que se undiera en sus lúgubres pensamientos. Por fin pudo abrir los ojos...Tenía las cosas claras. «Es mejor así, ya te basta con ser la jugadora estrella del Koburaoka.Ahora levántate, vístete, agarra la pelota de volley y siéntete libre de ser tú misma ahí afuera. Demuestra que te vale verga y que no llorarás por una simple extra. Cariño, la vida sigue.»
Y así lo hizo. Primero fue al baño, se lavó la cara, observó sus ojos; se encontraban levemente enrojecidos. No había llorado mucho, solo había soltado un par de lágrimas silenciosas.
Se arregló un poco el cabello y procedió a ir hasta el armario. Sacó una camisa negra junto con una sudadera roja y se las colocó, puesto que ya llevaba un pantalón negro de antes. Agarró el celular,la pelota de volley y se dispuso a salir.Aquella semana no había sido la mejor para ella. Su equipo perdió un partido transmitido en directo bastante importante, su escuela; el Koburaoka, había cerrado de golpe y se habían visto obligados a disolver su equipo, y por si fuera poco, ahora había roto con su novia. Pero como dijo antes; la vida sigue y no tiene sentido el ponerse a lamentarse.
Mañana sería un nuevo dia, junto a una nueva preparatoria; «Karasuno» y lo daría todo para entrar al equipo de volley.
