Sin tí, ni siquiera ángel.

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Cuando los ángeles lloran
y mis demonios crecen,
cuando la luna invade de nostalgia en mi interior,
haría tanto bien ese rayo de sol.
Se que no tengo derecho a extrañarte,
sin embargo te extraño tanto,
que mis ojos no dejan de llorar.
Tengo el alma estrujada,
y me pregunto por qué...
¿Por qué no supe domar mis demonios a tiempo?
Se que es tarde para decirte esto,
pero un ángel aún llora de nostalgia,
necesita ese beso, ese abrazo,
esa mano que se extiende,
ese rayo de sol que tanto consuela.
Porque esta contienda no se trata de ángeles,
ni de los demonios que llevamos dentro,
se trata de lo duro que puede llegar a ser el tiempo,
cuando en el alma sientes ese gran vacío dentro.

En el desván de los sentidos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora