Capítulo 16: Azul con sabor a melancolía

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¡Buenas tardes! Ya llegué para dejar los capítulos de toda la semana. Disfruten, y nos estamos leyendo la semana que viene :3

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Por primera vez no le reñirían sobre la hora en que se había levantado. Sin embargo, había algo bastante inusual en el comedor. ¿Es que se había olvidado que anoche un par de agregados se quedaron a dormir en su casa?

De momento el aroma de lo que se estaba preparando en la cocina era su mayor interés. No obstante, no esperaba que él se encargara de aquellos gajes culinarios.

—Dai-chan, no seas mal educado —regañó la madre desde su asiento en compañía de su esposo.

Aomine veía con incredulidad a quien se aproximaba a la mesa con un par de platos.

—Tuve que improvisar con los platillos, porque no sé qué es lo que les guste —dijo con pena.

La anguila con arroz sería el desayuno para esa mañana.

—Estoy sorprendida de que sepas cocinar, Marko-kun. Sobre todo comida oriental. Luce muy bien.

—Mis compañeros de clase me enseñaron a cocinar; ya que muchos son de fueras y tienen que apañárselas para comer —explicó—. La cocina me apasiona enormemente, por lo que me apresuré a aprender.

—Deberías aprender de él —recriminó Axelle mientras el as de Tokio se sentaba a su costado derecho.

—Perdóname por no tener tanto talento como él.

—También hice un poco de pollo cocido, katsudon y yakitori. —Les notificó.

—¿Cómo tienes tiempo para aprender a cocinar y practicar basquetbol? —preguntó con reproche su amiga. Ella estaba aún muy lejos de aprender a hacer esos platillos.

—Organizo mi tiempo, es todo. —Le sonrió antes de marcharse y traer el resto de la comida.

Es en este momento cuando siento que mi escaso ego de mujer ha sido completamente apaleado por las maravillosas habilidades de Marko para la cocina...

—No resolverás nada lamentándote internamente, mejor ponte a cocinar. —Ella quería provocarle mucho dolor en ese momento.

—Por cierto, Daiki. —Lo llamó su padre.

—¿Qué sucede?

—Quiero que a partir de ahora hasta que el caso se resuelva, acompañes a Axelle-kun a su casa. Porque está claro que puede ser objeto de repercusiones por intervenir en los planes de esos chicos.

—¿Ah? No. Yo no pienso hacer algo como eso. Ya viste que se puede defender sola.

—Daiki —dijo seca y autoritariamente.

Ahora Axelle entendía de dónde había sacado Aomine tan endemoniado mal genio.

—Tsk...—Se cruzó de brazos, maldiciendo su mala suerte.

Por mi bien lo mejor es que asienta y sonría ante sus buenas intenciones.

—Por cierto Axelle, tenemos que ir a comprarte un nuevo celular. —Marko terminó de servir y empezó a degustar lo que él mismo cocinó.

—Ah, es verdad. El mío murió ayer... salvándome el pellejo.

—Esto está delicioso —expresó Daiki al probar el cerdo con arroz.

—Ciertamente sabes cocinar —elogió el padre.

—Y ésta es la razón número dos por la que me casaría contigo, Marko. —Axelle estaba maravillada de lo bien que sabían los pinchos de pollo.

Addicted to U [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora