La pelea

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Milk estaba acostada sobre la cama mirando el techo de la habitación que le habían asignado, sus manos cubrían sus ojos y sentía sus mejillas ardiendo al recordar todo lo que había pasado con Kakarotto en el baño, aun no entendía que rayos le había pasado para dejarlo hacerle todas esa cosas, porque era consciente de que de haber querido podría haber puesto resistencia, ¡Pero no! No solo lo dejo manosearla a su antojo, sino que ella se lo retribuyo, y es que había algo en la forma en que la había mirado y tocado que la había encandilado, así que en vez de rechazarlo y romperle la cara había cedido a sus caprichos. Le llenaba de vergüenza el pensar que si él no hubiera decidido detenerse ella no estaba muy segura de hasta donde lo habría dejado llegar

–¡Mierda! Ni que estuviera tan urgida...– Se recriminaba en voz baja y molesta –Debe ser porque llevo viajando sola más de dos años... Debe ser eso... De otra forma yo nunca habría permitido que pasara todo eso...

–Milk ¿Estas bien?– La terrícola no pudo evitar saltar al escuchar la voz de Chelye llamándola desde la puerta –¿Puedo pasar?

–Si, claro– Le respondió sentándose en la cama y rezando por no estar ruborizada, pero si lo estaba, Chelye no le dijo nada, le sonrió y le mostro una pequeña bandeja que llevaba en las manos

–Te traje un poco de comida porque no cenaste– Le dijo mientras en una pequeña mesa colocaba la bandeja que contenía un par de bollos y una bebida caliente que Milk no recordaba cómo se llamaba, pero tenía un sabor parecido a las manzanas

–Te lo agradezco– Dijo la terrícola mientras se acercaba y se sentaba sobre una silla frente a la mesa y comenzaba a comer –Estaba hambrienta

–Lo suponía– Le dijo Chelye mientras tomaba asiento en la cama y la contemplaba un momento –¿Estas bien? ¿No te duele nada?– Milk la miro confundida aun con la boca llena

–¿Mmmm?– Trato de preguntar, paso el bocado y trato de nuevo –¿Por qué crees que estoy adolorida?

–Bueno– Chelye miro hacia otro lado mientras sus mejillas se coloreaban levemente –Pensé que... Bueno... Kakarotto y tu...– Volvió a mirar a Milk –Que él te...– No pudo terminar la frase, pero al ver como la joven agrandaba los ojos y su rostro se tornaba completamente rojo supo que le había entendido

–¡No!– Se apresuró a responder –¡No hicimos nada! O bueno... Casi nada... él solo me pidió que lo bañara y... Me acaricio y me beso...– Pensó esto último, pero no se atrevió a decirlo –Me dijo cosas raras, pero no hicimos nada

–¿De verdad?– Chelye la miro de forma sospechosa por un momento y después sonrió aliviada –Me da gusto, pensé que él quería aprovecharse de ti cuando se apareció por aquí y le dijo al amo Broly que necesitaba tus servicios, ya me parecía raro que el amo accediera tan fácilmente

–Dime algo, Chelye ¿Kakarotto viene a menudo por aquí?

–A veces, es de los pocos saiyajin que no temen interactuar con el amo Broly, supongo que se debe a que es un súper saiyajin

–¿Súper saiyajin?– Pregunto interesada Milk –¿Qué es eso?

–Son los guerreros más poderosos del planeta Vegeta, solo unos cuantos han alcanzado ese estado, cuando un saiyajin alcanza el nivel súper saiyajin su apariencia cambia drásticamente y su poder se eleva de forma monstruosa

–Ya veo– Milk había peleado con Kakarotto, y sospechaba que él no había usado todo su poder, pero después de escuchar eso ahora sabía que se había limitado a jugar con ella y eso le molestaba –Entonces Kakarotto puede convertirse en eso que llamas súper saiyajin

La princesa y el guerreroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora