Capítulo 17

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  Los viajeros se levantaron temprano para proseguir su camino, tan solo estaban a un día de Rivendel a pie y querían llegar lo antes posible. Géminis caminaba entre Legolas y Aragorn, los tres charlaban amigablemente mientras el resto caminaba en silencio tras ellos. No tardaron en llegar a una colina por la que debían ascender pero al igual que la última vez oyeron la voz de un hechicero y la montaña tembló.

  - Saruman intenta impedirnos avanzar -gritó Aragorn, aunque apenas se lo oyó con el viento que se acababa de levantar. De pronto unas rocas cayeron sobre ellos, las rocas no les dieron o eso creían hasta que se dieron cuenta de que no estaban todos ellos. Al notar la falta de Géminis se volvieron y vieron su cuerpo herido no muy lejos. Se acercaron corriendo y vieron a la joven inconsciente y respirando con dificultad.

  - Pierde mucha sangre -gritó Aragorn- no sobrevivirá.

  - Debe hacerlo -dijo Legolas cogiéndola en brazos. Consiguieron bajar la colina y el viento cesó mientras la luz se iba extinguiendo en el rostro de la muchacha.

  -Pierde sangre muy deprisa -dijo Aragorn mirando a la familia de la joven que parecía demasiado asustada para hablar.

  - Tenemos que intentarlo -suplicó Legolas, ya había pasado por aquello una vez pero esta vez no había poción que la salvase y él no podía hacer nada para ayudarla, se sentía impotente pero se le ocurrió algo que podía hacer y empezó a susurrar palabras de ánimo a la joven- Debes seguir luchando, jamás te he visto rendirte y no puedes hacerlo ahora, no quedando tan poco. No puedes dejarnos ahora que tenemos una oportunidad de parar esta guerra. No puedes dejarme, te necesito, te... te amo -todos lo oyeron gracias al silencio que había quedado tras la tempestad, todos menos la joven a la que iban dirigidas esas palabras que en ese momento luchaba por respirar. El silencio fue roto por el ruido de un caballo a lo lejos sobre el que un elfo galopaba. Aragorn cogió a Géminis de los brazos de su amigo y corrió hacia el elfo.

  -Glorfindel, -gritó el montaraz en élfico- está gravemente herida. Por favor, llévasela a Elrond.

  - Iré todo lo rápido que pueda.

  El elfo marchó galopando con la joven montada en el caballo. Le dolió ver a esa muchacha que solía estar tan llena de energía aferrándose a la vida como podía. Hizo correr al caballo todo lo que pudo, ella no podía morir, aún debía cuplir su destino.

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  Géminis abrió los ojos y vio que estaba en una habitación claramente hecha por elfos por su belleza. Estaba sobre una cama de sábanas tan blancas como el camisón que vestía. Se sentía tan cómoda y cansada se podría haber quedado allí y dormido eternamente cuando un pensamiento llegó a su mente ¿Y su familia? ¿Y Aragorn? ¿Y Legolas?

  Se levantó como pudo de la cama y vió que sobre ella descansaba un vestido verde oscuro de una tela vaporosa. Al ver que sus ropajes habituales no se encontraban en la habitación se puso el vestido y salió de allí decidida a encontrar a sus amigos.

  Le dolía todo el cuerpo y notó que estaba llena de heridas y golpes pero tan solo podía recordar las rocas que la embistieron, no sabía si habían dañado a alguien más. Estuvo un rato caminando por los largos pasillos hasta que sus piernas dejaron de aguantar su peso y cedieron pero alguien la sostuvo antes de que chocara con el suelo. La amplia sonrisa de Glorfindel sorprendió a la muchacha.

  - Deberías estar descansando.

  - ¿Están todos bien? ¿Les a pasado algo? -preguntó ella con expresión preocupada.

  - Todos están perfectamente, te hirieron y te traje aquí, ellos llegaron poco después -la tranquilizó el elfo- Y ahora debes volver a la cama.

  - No, por favor. Necesito verlos, llévame con ellos, te lo ruego -suplicó ella, al elfo siempre le había sorprendido la penetrante mirada de aquella muchacha y su insistencia por preguntar por los demás y preocuparse tanto por todo el mundo. De modo que suspiró y dijo:

  - Está bien, te llevaré junto a tus amigos -y vió como una amplia sonrisa se abría paso por el rostro de la joven.

  - Gracias, y gracias también por salvarme -dijo ella avanzando a su lado.

  El elfo no tardó en darse cuenta de que la joven no estaba tan bien como quería hacerle creer y de que caminaba apoyandose en la pared, así que la rodeó con un brazo cargándose parte de su peso.

  No tardaron en llegar a una hermosa sala donde Géminis distinguía a varios conocidos conversando animadamente, el primero en verla acercarse fue Legolas que permanecía sentado en silencio y que cuando la vio corrió hacia ella y la abrazó con fuerza pero con cuidado de no hacerla daño.

  - Supongo que pedirte que no nos hagas esto otra vez es demasiado pedir -dijo sonriente.

  - Solo te prometo que lo intentaré -respondió ella también contenta.

  Entonces cuatro hobbits cayeron sobre ella abrazándola y perdió el equilibrio cayendo al suelo junto a ellos. Pero eso no detuvo sus preguntas, todos hablaban a la vez y la mareban pero por suerte Glorfindel consiguió que se quitaran de encima suyo y la dejaran levantarse, entonces fue Aragorn el que la abrazó preocupado.

  - Tranquilo todo el mundo, por favor -pedí cuando Gimli se dirigió hacia ella- ¿Qué hacen los hobbits aquí? ¿Con que motivo es el concilio?

  Pero nadie prestó atención a sus preguntas, todos (Elrond incluido) le repetían una y otra vez que debía descansar.

  -No voy a volver a la cama hasta que conozca el motivo del concilio -gritó ella, todos se sorprendieron ya que ella no solía gritar.

  - El motivo del concilio -respondió Elrond- es que el anillo único vuelve a estar en Rivendel y una vez más debe partir hacia Mordor -dijo dejando a la joven sin palabras y volviéndose hacia Glorfindel- ¿Puedes acompañarla a su habitación?

  - Yo lo haré -dijo Legolas lanzando una mirada de desconfianza al otro elfo y cogiéndola en brazos.

  - Puedo andar, no es necesario que me lleves -dijo ella enfadada con las mejillas de su típico color escarlata.

  - Tal vez, pero no tienes fuerza suficiente para impedirmelo -dijo el elfo mirándola sonriente mientras ella cruzaba los brazos sobre el pecho y mirando hacia atrás para encontrar a Glorfindel mirandolos a Legolas y a ella antes de sonreirle y guiñarle un ojo, lo que la hizo sonrojar aún más- Nunca te había visto con un vestido.

  -Y si fuera por mí así habría seguido, me lo he puesto porque no tenía nada más.

  -Ya sé que no soportas la idea de te vean como una mujer para que no te subestimen pero yo te conozco. Además te sienta bien.

  -¿Sigues intentando hacerme sonrojar para que me ría?

  - Te dí mi palabra.

  Llegamos a la habitación en la que estaba y el elfo la dejó con suavidad en la cama y arropándola. El sueño empezó a hacer efecto en la cansada muchacha en cuanto tocó las sábanas, lo único que sintió antes de que el sueño se la llevara fueron los labios del elfo sobre su frente.

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  Hola! ! Aviso en el próximo capítulo TAL VEZ llegue ese primer beso que tanto habéis pedido (si no llegará en el siguiente), pero no os voy a decir cual sera la reacción de Géminis.

Gracias por leer.

Xao.

Géminis, un nuevo comienzo- fanfictDonde viven las historias. Descúbrelo ahora