Capítulo 1

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Los criados se encontraban apilados en la cocina, la sala más cercana a los despachos. Desde ahí podían escuchar a la perfección la discusión que hacía temblar los cimientos de toda la casa. Claudia, la cocinera, estaba contrariada porque le impedían realizar su trabajo con efectividad y las cortas faldas de las sirvientas tenían totalmente distraído a su joven y atolondrado hijo por lo que ya había tenido que reprenderlo en más de una ocasión por desatender sus tareas. A decir verdad a ella también le tenían totalmente enganchada los gritos que se escuchaban por toda la casa.

La voz del señor era grave y profunda, resumidamente podía decirse que era aterradora. Sin embargo, la voz femenina era aguda, furiosa y se oía por encima de la del hombre. Sin duda la señorita tenía más razones para estar enfadada.

Azahara Cid llegó a casa después de un ajetreado día de compras. Julio, el mayordomo la estaba esperando en la puerta con los brazos extendidos para recoger algunas de las bolsas que ella cargaba.

—El resto de compras están en el coche, Julio, gracias.

El hombre parecía atormentado y ella no entendía a qué se debía. Dando una calada a su recién encendido cigarro puso un pie en la casa y supo a qué se debía. Había un alboroto tremendo por toda la casa, se podían escuchar fácilmente los gritos de su sobrina, a veces también le llegaba la voz de su hermana. Tuvo una ligera sensación de déjà vu y recordó esas mismas escenas con ella unos cuantos años más joven y alguna de las tantas discusiones con su padre. Casi todas a causa de la zorra de su hermana, por suerte llevaba casi un par de años sin saber de ella, desde que le había enviado aquellas fatídicas fotos.

Meneó su cabeza de un lado a otro para liberar su mente de aquellos recuerdos que dieron pie al final de su matrimonio con Rory.

Rory Gotti, o como todo el mundo lo conocía Zeus, era el líder de la principal familia de la mafia que existía en el mundo. Era un hombre alto y moreno, de ojos castaños casi negros. Todo el mundo le respetaba y le temía a partes iguales y ella había sido su esposa durante muchos años. De su relación habían nacido dos hijos, Aaron y Mónica. Sonrió al recordar a sus hijos, pero entonces escuchó el ruido de algún objeto hacerse pedazos por lo que puso rápido rumbo hacia el despacho de su hermano y líder de los Cid.

A medida que se acercaba la discusión se podía escuchar más claramente. Entonces pasó cerca de las cocinas y pudo ver a un grupo de criados reunidos allí para poder escuchar mejor.

—Atajo de vagos, salid de ahí ahora mismo y poneos a trabajar. Vergüenza os debería dar estar espiando a vuestro señor. —Dijo desde el marco de la gran puerta. Todos se giraron sobresaltados por la inesperada intervención. Algunos agacharon la cabeza avergonzados, otros simplemente salieron por la otra puerta sin demorarse.

Azahara sonrió al ver la cara arrebolada del hijo de Claudia, Alberto. Era un jovencito adorable sin duda. En más de una ocasión lo había visto observando disimuladamente su escote y cada vez que lo había pillado había puesto la misma expresión que en ese mismo momento.

De nuevo su atención se dirigió hacia el despacho de su hermano cuando un nuevo objeto pareció caer al suelo.

Se quedó tras la puerta para escuchar de qué iba todo eso, prefería intervenir cuando ya tuviese algún argumento para defender a su sobrina. Prestó atención y suspiró. Su pobre Sonia estaba perdida, ella misma había vivido esa situación y había sido más obstinada que ella negándose y nada había conseguido.

Finalmente se decidió a abrir la puerta cuando la discusión estaba en auge nuevamente.

—Estoy segura que os están escuchando desde Cádiz.

Saga Familia Gotti 7: Infierno (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora