Capítulo 9

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Saco las cosas de la casa sin pensar en ese agujero quesiento en mi interior por culpa de Jacob, no sé porqué me preocupa tanto comoesté, o si me vaya a perdonar.

—Tu puedes, Athenea. Siempre sola, siempre carente desentimientos. —Me digo a mi misma antes de dejar las cosas en el coche que healquilado con el dinero que me queda. Enciendo la cerilla y dejo que caiga enel suelo del porche. Nadie puede saber donde estoy o seguir mi rastro, no seríabuena idea.

Salgo de la casa en llamas rápidamente y me siento en el capódel coche, observando como la casa se quema, y, de forma bastante filosófica,me imagino que mi pasado se quema con ella. Ojala Jacob pensase igual.

Entro en el coche, y conduzco hacia un motel que está en laentrada del pueblo. Echo de menos mi preciosa Alemania, pero ahora tendré quebuscar algún sitio donde vivir.

Podría quedarme aquí, pero sola... No, no puedo hacerlo, si mequedo aquí, sería si algo me atase, pero lo dudo muchísimo.

¿California? No, mucho sol. Pero sin duda tengo que visitarOrlando.

Podría recorrer el mundo y ver lo que siempre he querido.

Llego al motel, y tras alquilar un cuarto, me tumbo en lacama que huele a humedad, pensando seriamente en que podría comer, no me quedamucho dinero, y sin duda, la compra que ha hecho Jacob se ha quedado en sucamioneta. ¡Oh, los helados!

¡Y mi móvil nuevo!

Escucho como fuerzan la cerradura, y me coloco en posición deataque, pero cuando veo la cabellera rubia, me relajo y salto a sus brazos,pero paro de golpe al verlo con una pistola en la mano y apuntando mi cabeza.

—¿Ron?

—Lo siento mucho, Athenea, pero eres mi misión, y no quieroque el Gran Maestre acabe conmigo. -Dice con una mueca triste, pero,sinceramente, no me creo ni una palabra de lo que dice, Él mismo me dijo que nome fiase de nadie. —Siempre te querré, hermana.

Abre tu corazón |JACOB BLACK|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora