Después de... ti (Terminada)

Siete años después

Oía sin escuchar las conversaciones a su alrededor. No podía creer que la mujer lo hubiera convencido de ir en una estúpida nave a ese torneo. Realmente  sentía que ya llevaban media vida en ella.

- ¿Estás de acuerdo Vegeta? .

La esperanzada voz de Gohan, le obligó a abrir los ojos, girar su silla y mirarlos.

Trunks, con gesto adustó esperaba su respuesta, a su lado, su melliza se volvía atar su cabello en la cola alta que acostumbraba llevar en un gesto de molestia que él le conocía bien. Al último vio a Goten, el cual se mordía la punta de su pulgar derecho algo retraído, ya que no quería ir en contra de su hermano, pero no deseaba hacer caso a sus deseos.

- Me da lo mismo - declaró por fin, en tono molesto - usen la transformación, no la usen. Me da igual, son lo bastante mayorcitos para medir las consecuencias de ello.

- No lo digas así Vegeta - declaró el joven nervioso.

Aún llevaba ese ridículo traje verde con capa que había usado en la ciudad para mantener "el perfil bajo". Simplemente ridículo, pensó el sayia fastidiado de que se escondiera así. Según él, en afán de que su vida fuera normal. Si quería gastar sus habilidades en evitar robos de terricolas estúpidos, al menos que lo hiciera con la frente en alto. Hasta la mujer le había ayudado a esconderse. Ridículo, repitió su mente aún en tono molesto. Claramente para los terrícolas, ellos no tenían una vida nada normal.

Volteo el asiento nuevamente y casi pudo escuchar cuando sus hijos le hacían caras de: "te lo dije" al adolescente, el cual por toda respuesta volvía a rogarles que no se transformarán en súper saiyajins en las peleas, seguido de un coro de risas de todas las otras personas que los acompañaban.

Se quedó ensimismado viendo las nubes pasar y ser cortadas por la velocidad de la nave y sus alas.

Bra, observo a su padre sumegirse en esos estados: "De concentración", como les denominaba su madre. Aburrida de la cantaleta de Gohan, se acercó a su progenitor y sin miramientos se acomodo en su falda para mirar por la ventana. El príncipe ni siquiera se molesto en abrir los ojos ante los movimientos de su hija, simplemente la dejo acomodarse, mientras él se acomodaba mejor a su vez para que estuviera más cómoda. Debía admitir que la enana era bastante audaz cuando quería.

- Nunca pensé ver a Vegeta en ese cuadro.

Le susurro Krilin a Yamcha, desde la parte trasera donde se encontraban sentados en la nave repleta de asientos.

- Podría decir lo mismo de ti - declaró su amigo.

Apuntando hacia su pequeña Marrón que dormía en sus brazos. Con una de sus coletitas rubias algo desarreglada por el tiempo apoyada en el pecho de su padre.

- Vamos - susurro con calma - ¿Qué tiene de raro que yo haya formado una familia? - le cuestionó en un tono casi ofendido.

- Es no tiene nada de raro - declaró el maestro Roshi, con voz serena - lo raro es el bombón que aceptó casarse contigo.

Declaró al final con voz más jocosa, mientras en un gran gesto de demostración con el brazo y el báculo que acostumbraba llevar, mostraba a la hermosa mujer rubia que dormía apoyada en el hombro de su esposo.

- Shhh - indicó con un gesto de su mano libre - va despertar a Dieciocho - regaño severo.

Mientras que el maestro y Yamcha, se reían abiertamente de su sonrojo. En definitiva nadie se espero que el pequeño Krilin logrará conquistar a la bella androide, pero las cosas pasaban. Suponían todos, muchas cosas habían pasado después de todo. Después de esos horribles juegos.