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Después de llorar por toda la tarde, por fin quedó dormido, otra tarde sin éxito, esa señora era muy escurridiza, hasta ahora no lograban dar con su paradero, pero tenía la esperanza de que la encontrarían, tarde o temprano la encontrarían, lo que ninguno sabía es que ese día estaba más cerca de lo que esperaban.

Benjamín estaba sentado en una silla en el mismo cuarto de Joe mientras lo observaba dormir, estaba cansado pero no tanto como para dormirse ahí mismo, observaba a Joe dormir, su blanca piel, su cabello rojizo ahora desordenado, esos hermosos ojos color hazel se ocultaban detrás de esos párpados, sus pestañas que le daban el toque perfecto, sus labios delgados y rosados entreabiertos, simplemente Joe Mazzello era perfecto para Ben, siempre fue y será el amor de su vida, siempre.

-Tengo miedo -susurró Ben para si mismo- tengo miedo de que te pase algo, de que no sepas aguantar con lo que actualmente sufres, tengo miedo de no poder protegerte, y sobre todo, tengo miedo de perderte, mi amor.

Solo eran lamentablemente amigos, pero los sentimientos de Benjamín seguían intactos, no lo olvidaba, no podría.

Pasaron horas, a veces Ben iba al baño, o a la cocina para hacerse más té, o simplemente revisaba de ves en cuando su teléfono, hasta que sonó, rápidamente Benjamín salió del cuarto de Joe y contestó.

-¿Que pasó Gwil?

-Necesito que vengas, mejor si viene Joe más -su voz estaba entrecortada, y soltaba jadeos, al parecer había corrido demasiado.

-¿Porque?

-Las encontramos.

...

Gwilym había corrido demasiado, y digamos que su estado físico no es la mejor.

23:00 pm, no podía dormir así que decidió salir a caminar, y en medio del camino se encontró a una señora y una niña en la plaza jugando, al principio se le hizo demasiado tierno así que decidió observarlas, hasta que la niña se dió la vuelta, cabello rojizo, piel de porcelana, ojos verdes, sonrisa encantadora, y un brillo particular en esos hermosos ojos.

Gwilym frunció el ceño y su semblante cambió a uno serio, a paso rápido se acercó, eran ellas.

-Ceiwen -la mujer de tensó al escuchar la voz tan conocida, se dió la vuelta y lo miró con temor.

-¿S-si? -tartamudeaba- disculpe no lo conozco -rápidamente agarró la mano de la niña y cuando estaba por irse una voz la detuvo.

-La niña Ceiwen -su voz era demandante.

Para Kayla ese señor alto se le hacia conocido, no sabía de donde, pero lo conocía.

-¿Quién es el? -preguntó la pequeña viendo a los dos adultos que no dejaban de mirarse, una con temor y el otro con rabia.

-Nadie hija, vámonos. -a paso apresurado se fue de allí, Gwilym al ver que se alejaba decidió seguirla.

-Carajo debí a ver venido con mi auto -siguió corriendo- mierda, ¿tan lejos vive?

Después de unos 20 minutos corriendo encontró donde vivía, así que llamó a un taxi y fue hasta la comisaría, allí llamaría a Benjamín y los demás y de paso harían un "plan"

1 hora después.

1 hora después ya todos estaban en la comisaría, menos Lucy, tenía que cuidar a su bebé.

Papi...¿quién es el? •Hardzzello•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora