Tras meses de silenciosa observación, ¡llegó la hora de pasar a la acción!
𝐈 | Valentín es el alfa más temido y respetado en todo el instituto, pero no ha podido evitar caer por el dulce omega de cabello castaño y mejillas regordetas. ¿Será capaz...
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*Tienes tres nuevos mensajes.*
— Sí, este... Hola Mateo. Soy Daniel, el amigo de Valentín. Sí, bueno, le pedí a Manuel tu número. ¿Te has enterado de que esos dos ya se han acoplado? Oh, pero, ¿qué estoy diciendo? Eres el mejor amigo de Manuel, claro que lo sa... —.
Piiiiii...
—Mierda, soy yo otra vez. Me fui por las rama y se me acabo el tiempo. Lo siento, estoy un poco nervioso, bueno, tú me pones nervioso. ¡Mierda! ¿Por qué no me puedo callar? Uf, el caso es que quería saber si te gustaría... —.
Piiiiii...
— ¡Hey, soy Dani otra vez! El único imbécil al que se le cortaría un mensaje dos veces...Bueno, solo quería saber si tú, esto, si te gustaría...ya sabes, si no es demasiada molestia, ¡Dios, ¿¡por qué esto es tan difícil!? —.
Piiiiii...
Mateo miró incrédulo el contestador automático, sintiendo ganas de reír. Aquello había sido malditamente adorable. Daniel estaba tan nervioso que casi lo podía sentir dar vueltas sin rumbo por la habitación a través de la línea telefónica. El sonido de una notificación en su teléfono desvió su atención del aparato. Tenía un nuevo mensaje.
633 *** ****:
¡Hola, Teo! Soy Daniel, sí, otra vez. Si aún no te has acercado al contestador, por favor, borra mis mensajes. Si ya los has oído...creo que preguntarte esto no tendrá sentido, porque seguro que crees que soy medio lerdo o algo y no querrás acercarte a mí. Aún así, no pierdo nada por intentarlo (a parte de la poca dignidad que me queda, claro). Bueno, lo que quería preguntarte en tres patéticos mensajes (que espero que no hayas escuchado), era que si te gustaría salir conmigo algún día a... no sé, dar una vuelta, tomar algo, caminar juntos rumbo al amanecer a lomos de un caballo blanco (?). Si gustas, podrías llamarme, o enviarme un mensaje, no envíes palomas mensajeras porque hace tiempo que sellaron mi ventana. Bueno, voy a dejar de ponerme en ridículo.
Un beso, ternura.
Mateo sonrió enternecido por el mensaje, y algo sonrojado. Daniel era un tanto extraño, pero realmente se merecía una oportunidad por el esfuerzo. Debía reconocer que su corazón se había acelerado un poco con los adorables intentos del alfa por invitarle a salir. Además, quería comprobar cómo reaccionaría el chico si le llamaba de repente.
— ¡Estúpido, estúpido, estúpido! ¡Soy un imbécil! —.
— Y si —.
Valentín estaba tirado en la cama de su amigo, jugando a lanzar palomitas y atraparlas con la boca, mientras Ribba se golpeaba repetidamente la cabeza contra la pared.
— No eres de ayuda, ¿sabes? —.
- Eres tú el que acaba de admitir que el chico que te gusta que dificilmente puede hablar a su alrededor.. —.
— También le he preguntado si quería calvargar conmigo hacia el amanecer a lomos de un caballo blanco —.
Oliva abrió la boca y la palomita que acababa de atrapar al vuelo cayó rodando. Entonces, estalló en carcajadas, retorciéndose sobre el colchón.
— ¡Eres patético! —.
— ¡Dios mío! ¡Seguro no quiere saber nada de mí! —. Se lamentó —.
La banda sonora de Indiana Jones interrumpió de nuevo los cabezazos del alfa contra la pared. "Matu Bebé" aparecía iluminado en la pantalla de su teléfono. El alfa chilló y convulsionó en el sitio, lanzando el móvil a través de la habitación.
— ¡Es Mateo! —.
— ¡Mierda, Daniel! ¡Contesta! —.
Aún no había dejado de gritar cuando alcanzó el aparato.
La risa de Oliva se escuchó de fondo y Daniel lo miró mal.
— Hola, Daniel. Acabo de leer tu mensaje —.
— ¿Y los de voz...? —. Preguntó cruzando los dedos —.
— Si, también los he escuchado —.
Daniel suspiró.
— Llamas para mandarme a volar, ¿verdad? — Preguntó decaído, sentándose en la cama —.
Una dulce risita divertida se escuchó al otro lado, y el estómago de Daniel se encogió.
- En realidad, llamaba para decirte que acaban de estrenar la última entrega de Transformers. Yo soy muy fan de la saga, así que me gustaría mucho verla, y había pensado que a lo mejor te gustaría acompañarme.
— ¡Sí, sí! ¡Dios mio, sí! —. Daniel saltó emocionado y luego se aclaró la garganta, recobrando la compostura —. Quiero decir; sí, claro. No estaría mal —.
Mateo volvió a reír, arrancándole una sonrisa embobada al alfa.
— ¿Seguro que prefieres hacer otra cosa como, no sé, montar a caballo rumbo al horizonte? —.
— Era al amanecer —. Respondió sonrojado —. Y, creo que el cine está bien —.
— ¡Genial, porque los caballos me dan un miedo terrible! ¿Te parece si quedamos mañana a las seis en la puerta del cine? —.
— Claro, ahí estaré —.
Ambos sonreían inevitablemente.
— Nos vemos en nuestra cita... Dani —. Se despidió Palacios —.
— ¡Espera! ¿¡Cita!? —.
Piiiiii ...
Daniel se quedó sentado en la cama, mirando a la nada, con el rostro inexpresivo.
— Hey, Dani, ¿Qué pasa? —. Le preguntó Valentín, pasando la mano por delante de sus ojos, sin obtener reacción —.
— Dijo que es una cita —.
— ¿Cómo? —.
— ¡VOY A TENER UNA CITA CON MATEO! —.
Saltó de repente, como si fuera un resorte, abrazando a Valentín hasta el punto de asfixiarle.
— ¡Ey, suéltame, suéltame! ¡Yo solo dejo que Manuel me toque! ¡Daniel! —.
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Jzjajs este Dani xd
Voy a tener que cambiar un friego de cosas en el otro especial xd
