X-II

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😍 Recomiendo leer el capítulo anterior porque hace mucho que no actualizo.

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Había pasado al menos un hora desde aquella situación, sin embargo, aún perduraba en mi piel aquella calidez de sus labios, me sentía como una adolescente que descubría por primera vez distintos sentimientos. Reencontrarse con esa luz que me era Race en ese momento, contra esos pensamientos que simplemente me entristecían, era increíble.

Lo único que trataba luego de tanto, sería el de mantenerme estable, sabía que sería difícil, era imposible para el ser humanos limitar sus pensamientos, y detener sus emociones, y estaba más que claro que podíamos ser capaces que llevar a cabo acciones que tan fervientemente evitábamos. Solo no quería enloquecer.

Me había instalado en la cama después de cambiarme, la oscuridad poco a poco iba creciendo, y aunque había una luz blanca que iluminaba cada habitación,  no sería suficiente para engañar mi mente, ni a Race. Creí que la mejor idea era solo actuar como si estuviera dormida, y luego intentaría tomar siestas por la mañana como lo hacía siempre. Sin embargo, me preocupaba no tener nada con qué distraerme, porque simplemente no era suficientemente tonta como para seguir insultándome por dejar que mis pensamientos se desviaran por cosas que no eran malignas, temía volver a hacer algo como lo que casi había hecho en el baño.

Era tan cansador no saber qué quería hacer, todo se iba de mis manos, y era imposible mantenerse inmutable, ¿qué demonios hacía una persona que había pasado por lo que pasamos? ¿Era posible que ellos volvieran a tener una vida normal? Ann posiblemente no podría, y la entendía, pero los demás, ¿Qué haría Race si todo esto tenía un buen final? ¿Existirá algo como eso? Yo no podría...

<<Deja de sentirte tan mal por ti misma>>

Largué un fuerte quejido por la corriente de pensamientos que me inundaban, pero, no, no era la única que tenía estos conflictos, debía, tendría que intentar hacer algo ¿Qué era la normalidad? ¿De qué me serviría volver a esta vida cuando para el mundo no existíamos?

Miré mis manos que estaban entrelazadas, mordí mis labios hasta que sentí el sabor metálico; me ardían las puntas de los dedos, en esos pocos minutos en que me había quedado sola otra vez, había recurrido a morder mis uñas hasta el borde, al igual que mi labio inferior, mi pulgar tenía una pequeña mancha de sangre. Jamás me había mordido las uñas, y en ese instante mis manos habían quedado completamente destrozadas.

Frustrada, cansada, indecisa, era difícil encontrar todas las palabras, puesto que no era suficiente. Deslizándome lentamente bajo las mantas, cubrí mi cuerpo hasta los hombros, para dejar de ver mis pequeñas heridas, la colcha era demasiado pesada y me costaba moverme, más agregándole que había apoyado la cabeza en una almohada demasiado blanda, me preocupaba desvanecerme en cualquier momento. Miré el techo de madera, en ciertas zonas había pequeñas líneas oscuras que me distraían por segundos hasta que lo oí.

Sus pasos hicieron que desviara los ojos en su dirección, me sorprendió que llegara con un plato con comida entre sus manos, y una botella de agua; habían pasado al menos quince minutos desde su ida, pero como no me había molestado en ir a la cocina, supuse que la cena había pasado y que comprendieron que mis ganas de comer aún no aparecían.

El infierno de Lilith| 2 | Completa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora