Esperaba que eso de salir por las noches a deambular por la piscina se te hiciera costumbre.
Pero las noches siguientes el frío era insoportable para salir así.
Mi esperanza fue lo último que murió porque todas las noches sin falta me desperté a la media noche y salí a revisar si estabas allí.
No volviste a aparecer, y por un momento pensé que mi curiosidad por ti se enfriaría tanto como la piscina durante las heladas.
No te lo dije, pero desde ese día: ya me preocupaba por ti.
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Todo lo que nunca te dije.
Short StoryNunca te dije que me encanta el hoyuelo que se te forma en la mejilla al sonreír, ni que tus pláticas son las más interesantes del mundo. Tampoco te dije que te escribo poemas, ni que siento que todas las canciones de amor hablan de ti. Hay tanto...