La Playa, Clarke y la sed de Lexa.

780 70 8
                                    


Descansando en la playa, sus dedos de los pies se deslizan a través de la blanca y brillante arena, los murmullos silenciosos flotan sobre el aire salado del mar. Está húmedo y el sol las toca con sus cálidos y radiantes rayos solares .


Clarke se levanta de su silla, un poco ansiosa cuando ve a Lexa profundamente dormida. Los labios de la castaña están ligeramente separados; exhalando pequeñas bocanadas de aire. La rubia no puede evitar sonreír con cariño ante la vista, se inclina para rozar sus labios sobre la frente de su novia; antes de caminar por la arena, ajustando las cuerdas de su bikini. Al llegar a las espumosa crestas de las olas, se introduce en la marea y se sumerge en la refrescante bienvenida del océano.


Poco después, una Lexa con ojos aturdidos se despierta de golpe. Los verdes se abren de par en par y su mandíbula cae en una expresión aturdida, cuando ve a su novia, caminar de regreso desde la orilla. Sus dientes se clavan en su labio inferior y de repente, es más difícil respirar cuanto más se acerca Clarke.


Olas de sedoso cabello dorado, se derraman sobre los pequeños hombros de la rubia; empapada y despeinada, luciendo malditamente caliente. Su rostro es tan perfecto como siempre, una linda sonrisa con hoyuelos aparece en sus labios en el instante en que vislumbra a Lexa.


Sin duda, lo que atrapa a la castaña, es toda esa maldita agua en su cuerpo; derramándose, gota a gota, a un ritmo agonizantemente lento, sobre la suave piel lechosa. Es capaz de ver cómo se desliza por el delgado cuello de Clarke, se acumula en sus clavículas, desciende por sus orgullos senos redondos entonces continua su camino por su apretado estómago y se derrama sobre sus tornados muslos.


¡Dios!.


Con cada pequeño movimiento de la rubia, su mente se empaña, con una gran carga de contenido pecaminoso. Anhela pasar sus dedos por ese cabello rubio, acercar a su chica hasta fundirse en un salvaje y hambriento beso, que solo las deje jadeando y listas para pedir más. Prácticamente, puede imaginarse a sí misma, saboreando la salinidad del agua del océano en ese escultural cuerpo, presionar su boca contra cada centímetro de piel expuesta, mientras siente a la rubia jadear y retorcerse debajo de ella.


El burbujeante grito de Clarke ―¡Cariño, por fin despiertas!― la saca bruscamente de su ensueño. Cruza los tobillos casualmente y busca a tientas su bebida. Toma un largo trago del frio líquido; provocando una mueca cuando las burbujas arden contra su garganta.


No estaba mirando a Clarke hace un momento y ni si quiera se siente terriblemente excitada por la mera visión de su novia en un bikini ceñido, no, no. Solo se estaba ahogando con las burbujas de su refresco, eso es todo.


Cosas como estas, no eran exactamente inusuales. Alrededor de Clarke, parece tener el libido de una adolescente cachonda.


―Sí, ya desperté. ¿Te refrescaste? ― Lexa tose, sonriendo mientras se pone de pie para darle besos cosquilleantes al cuello de Clarke. ―¿Porque no me esperaste?; podríamos haber jugado luchas de agua―.


La rubia simplemente pone los ojos en blanco, empujando a Lexa con un chillido y una risa, antes de que la castaña la empuje hacia atrás por la cintura.

La Playa, Clarke y la sed de Lexa [CLEXA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora