dandelions ¦ chensung

Be Mine

[Dedicado a  Marianagato2  ♡♡ feliz cumpleaños bebé, significas un mundo para mí, aquí está tu regalo uwu ❤️ disfruta]

Los dientes de león siempre me han parecido bonitos, mi abuelo siempre me dice que si soplo uno y pido un deseo, el universo lo cumplirá.

De pequeño cuando me llevaba al campo cerca del pueblo, habían demasiados dientes de león. Siempre pedía cosas como una bicicleta nueva, sacar 10 en matemáticas, tener un árbol de pizza. Hoy me veo a mi mismo pidiendo la eternidad con el ser ada que ahí habita.

🌷

— Abuelo, voy a salir – grité antes de salir corriendo a la puerta.

— ¡Espera ahí Park Jisung! – gritó, haciéndome girar en mis talones – ¿A dónde has estado lleno todos estos días tan temprano, y vuelves tan tarde?

Suspiré riendo, no lo entendería.

— A ver a alguien – le giñe el ojo y salí corriendo con mi canasta en manos.

Coloqué la caña ta en la parte del frente de mi bicicleta, me monté y comencé mi viaje hacia la entrada del pueblo.

Era un recorrido que llevaba haciendo a diario desde la semana pasada. Desde que lo conocí a él.

En el camino saludaba a las personas conocidas que me encontraba; el zapatero, el carpintero, la señora del supermercado. Es un pueblo pequeño, y mi abuelo es el cartero, por lo que a veces lo ayudó a repartir, sobre todo cuando es muy lejos la entrega.

Fue un día en el que tenía que entregar una carta a él pueblo vecino el que lo conocí a él. Iba de regreso y vi aquel valle en el cual jugaba de niño y pedía deseos a los dientes de león.

— Solo serán unos minutos – me dije a mi mismo, después de pensarlo mucho, y estacioné mi bicicleta para adentrarme entre el pasto crecido y las flores.

Seguía igual de hermoso, y la vista seguía siendo perfecta, el mismo árbol de ancho tronco en el que muchas veces me recosté para dormir. Solo que ahora parecía haber otra persona ocupando mi lugar.

Me acerqué a ver quien era, no solían haber muchos niños aquí, y menos solos.

Estando de frente a lo que parecía ser un muchacho, me di cuenta que nunca lo había visto. Tenía cabello rubio y algo largo, lo suficiente para que cayera por el lado de su cara hasta su ojo, su piel se veía lisa y brillante, como si fuera un diamante, vestía ropa de tonalidades clara y muy holgada. Debe ser de fuera, pensé, pero, ¿qué haría aquí dormido, y sólo?

— ¿Quién eres? – una suave voz me sacó de mis pensamientos – y por qué te quedas ahí parado viéndome dormir, das miedo.

Las palabras del andrógino ser me devolvieron a la realidad y me alejé un poco.

— P-perdón – dije avergonzado – ¿estás perdido? – pregunté, esperando no lucir más raro aún.

— No, ¿parezco alguien perdido? – volvió a preguntar en un tono medianamente altanero, pero tierno a la vez.

— Es solo que nunca te había visto por aquí, y dormir en un campo no es algo que haces normalmente – expliqué, tomando asiento junto a él, esperando no verme muy atrevido.