las vueltas de la vida.

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Se fueron de allí en cuanto pudieron, sobre todo después del desastre que acababan de causar en toda la clase, salieron corriendo del colegio, y fueron a la casa de Daniel para curar las heridas que tenían ambos en las manos para que no se infectaran.

-Tú eres subnormal, tío, lo tuyo no es putamente normal ¿se puede saber en que coño estabas pensando para pegarle la paliza que le has dado?

-Tan fuerte no le he dado, así que deja de rallarte por favor, que si hubiera querido lo hubiera matado.

-No lo has matado porque yo te he apartado tirándote por los aires así que no me jodas con que le has dado flojo.

Ya se había tranquilizado, pero aún tenía flashbacks con lo recientemente sucedido, el odio que recorría cada centímetro de sus venas y cómo por mucho que su amigo lo intentara él no podía parar de asestarle puñetazo tras puñetazo.

Antonio no podía parar de recordar esa sensación de que una persona que sobre el papel era físicamente inferior, le tirase de espaldas, había algo que no sabia de Daniel y tendría que enterarse de alguna manera.

-Antonio ¿podemos hablar? - preguntó María todavía chocada por lo anterior.

-Sí claro cariño, vente a esa esquina.

-Mira, ahora mismo no me encuentro mentalmente para una relación así que es mejor que lo dejemos, cuando salga de la situación por la que estoy pasando, si seguimos vivos, volvemos.

Lo dijo mientras varias lagrimas resbalaban a lo largo de sus mejillas; a Antonio le había dejado petrificado las palabras que acababa de pronunciar su novia, no sabia que decir o que hacer al respecto.

María no podía aguantar la incomodidad de la situación y se fue corriendo, y Antonio cayó desplomado al suelo, sin saber cómo, acabó aterrizando en un banco que estaba detrás suya.

Sus amigos que se encontraban a unos escasos metros de donde se situaba, salieron corriendo al ver la escena, se preocuparon ya que al ver a María salir corriendo mientras lloraba ya sabían por dónde iban los tiros.

-EY, cálmate, dame la mochila y te llevo a tu casa, ahora mismo no estas mentalmente para asistir a clases, venga vamos Antonio por dios que solo lleváis 8 días.

- ¿irónico verdad? Solo 8 días y me acaba de reventar lo más grande lo que me acaba de pasar.

Lo que más irónico le parecía era que sabía que algo iba a pasar tarde o temprano, y nunca fallaba, si él decía una duración de una relación, acertaba siempre, y hasta acertó consigo mismo.

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