Capítulo 69: Tu rey.

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Y ahora regreso con una vuelta espectacular y muchos capítulos a la vez. No olviden leer los anteriores. ;)



Tsao-Lan llegó al palacio con Yao a su lado y Bai-Tsao dormida en sus brazos, cubierta con una manta. Los dos portones de madera se abrieron frente a ellos con un estruendo. El príncipe caminaba con un rostro pensativo y desanimado, sin decir una palabra.

—¡Que caballeroso! —dijo la mujer al despertar.

—No te acostumbres, es sólo porque yo te llevé ahí.

—Me confíe más de la cuenta, creí que mi forma dragón sería suficiente. Me dio una paliza —Bai-Tsao sonrió y luego se cubrió un poco con la manta sobre ella.

—Pudo ser peor, podríamos estar buscando a tu remplazo ahora mismo —extrañamente Tsao-Lan intentaba consolar a su compañera.

El orgullo de Bai-Tsao estaba roto, los Xing long valoraban tanto el poder que una simple derrota era un caso muy grave, pero una estrella guardián ser vencida por alguien de menor rango, más joven y además un criminal. La cara se le caía a la mujer de vergüenza, era casi una ofensa para su rey y el reino entero.

—¿Sabes algo Tsao? —preguntó Bai-Tsao con tono apagado.

—¿Qué cosa? —preguntó el hombre al ver a los guardias reunirse a su alrededor.

—Los extraño mucho —dijo Bai-Tsao tristemente —. ¡A los dos!

—Yo también —respondió Tsao-Lan para sorpresa de su compañera.

Los hombres dentro del lugar se acomodaron en dos filas, formando un camino desde la entrada del palacio. Da-Xiang se acercaba con velocidad y por primera vez en mucho tiempo Tsao-Lan pudo ver molestia en su rostro, bajó a Bai-Tsao y está última se colocó en la misma posición erguida que los soldados a pesar del dolor. Todos quedaron en silencio en el momento que Da-Xiang llegó con Yao.

—¿Qué carajo pensabas? —preguntó el tiempo que abofeteaba a su hijo.

—Padre... yo... —Yao intentó explicarse.

—¡No quiero escusas! —bramó el hombre.

Levantó la mano con intención de dar otro golpe al príncipe, Yao cerró los ojos y acepto su castigo. La tensión en el lugar se volvió palpable en el momento que Tsao-Lan detuvo la mano del regente sin dudar y las miradas de ambos se cruzaron. Normalmente llevaban una relación de trabajo y respeto mutuo, pero está vez Tsao-Lan miraba retadoramente a Da-Xiang. Claramente no tenía miedo. ¿Por qué habría de temer a alguien más débil que él? Bai-Tsao apartó al príncipe rápidamente y se colocó frente a él, lista para defenderlo de cualquier peligro.

—Deberías ser más respetuoso con tu superior Tsao-Lan —dijo Da-Xiang muy condescendiente.

—Lo mismo para ti Da-Xiang —Tsao-Lan era el único que seguía refiriéndose a él por su nombre —. Esa no es manera de tratar a tu rey.

—Mi error. Se que es mi rey, pero también soy su padre y como tal debo educar a mi hijo.

—Ya veo —dijo Tsao-Lan soltando el brazo del regente —. Tienes razón.

Da-Xiang dio media vuelta muy a su disgusto, hasta cierto punto Tsao-Lan tenía razón y los hombre lo sabían, y perder su voto de confianza era algo que no se podía permitir. Además del hecho de que si Tsao-Lan no estaba de acuerdo con sus planes no tendría problema en barrer con él y la capital juntos.

—G-gracias Tsao —el príncipe inclinó la cabeza —. Me salvaste.

—¡¿Te acabas de disculpar?! —preguntó el hombre sorprendido.

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