Fairy Tail: Valhalla

Capítulo 76: El problema eres tú.

El lugar quedó en silencio luego de ver a Shen caer de manera tan repentina. La reacción tan indiferente de Chan-Lee molestó mucho a Elizabeth, poco faltó para que saltara dentro de la arena para socorrer al joven, de no ser por la intervención de Silver y Stinger.

—¿Qué hacen? ¡Déjenme ir, necesita nuestra ayuda! —bramó histérica.

—¡Guarda silencio Elizabeth! —ordenó Natsu en tono muy autoritario —. Si entras ahora, él perderá por defecto.

—¿Eso qué importa? —replicó ella —. Está muy mal herido. Si no vamos podría morir.

Haciendo caso omiso a las palabras de su padre, Elizabeth intentó entrar y detener la pelea, no fue otro que el propio Natsu el que la detuvo con un golpe al estómago.

—¡Dije que te detuvieras! —Natsu mostró un lado que pocas veces dejaba ver —. Si está ahí es por voluntad propia. Está no es nuestra tierra ni nuestras costumbres, no manches su honor de guerrero.

Elizabeth fue intimidada por Natsu con facilidad, sin remedio y a regañadientes, tuvo que mantenerse en calma y esperar.

—«¿Por qué justo ahora? —Shen arañó el suelo haciendo fuerza para levantarse —. Tengo que levantarme»

—No te levantes Shen. Ya has perdido —advirtió Min-Ha.

—¿Me ves inconsciente? —replicó el dragón —. Hasta ese momento esto sigue.

—Te veo débil, débil y vulnerable. No vale la pena seguir con esto.

—¿Eso cuándo fue un impedimento? Esto no se acaba hasta que yo lo diga.

Para asombro de todos, Shen regresó a su forma humana. Si había algún indicio de la inminente derrota de un Xing long, definitivamente esa era su incapacidad de mantener su forma híbrida. Al ver a Shen en tal estado, Chan-Lee perdió el interés y se levantó para retirarse de la arena.

—¿A dónde crees que vas viejo? —preguntó Shen airado, mientras se ponía en pie —. Esto apenas empieza.

—Suficiente de esto Shen-Lee —dijo Min-Ha molesto —. ¡Ya basta de humillar a mi maestro!

—¿Humillar a tu maestro? ¡No me jodas! Él es quien me está humillando por retirarse antes de terminar la pelea.

—Se va porque ya conoce el resultado, no es alguien a quien le guste perder el tiempo en cosas innecesarias.

—Sigue ahí Min-Ha, sigue ahí —dijo Shen con pesar en sus palabras —. ¿Entonces por qué no puedo usarla?

—¿A qué te refieres? —preguntó el hombre confundido.

—Mi magia, sigue ahí. Pero no puedo hacer que salga —Shen golpeó el suelo con rabia —. Todo comenzó luego de mi pelea con Bai-Tsao.

—Eso no es una excusa, si eras consciente de que no podías pelear nunca debiste aceptar el reto.

—No es una excusa, es un reclamo —respondió Shen cínicamente —. Creí que tú serías suficiente.

—¿Suficiente dices? ¡Mira bien quien es el que está en el suelo!

—Tan predecible como siempre Min-Ha —Shen escupió sangre —. ¿Sabes por qué acepté tu estúpido reto? Porque necesitaba alguien que me hiciera recordar.

—¿Recordar? No creo que recordar te ayude en esta situación Shen.

—La primera vez que utilice mi magia fue cuando tenía siete años, esa vez estuve apunto de morir. Creí que si podía recordar esa sensación, ese sentimiento de ira. Podría recuperar su control.