Capítulo 80: Vacío y oscuridad.

7 0 0
                                    





¿Cuánto tiempo había pasado desde que Shen-Ha se había vuelto adulto? ¿Cuántos años pasó en el frente antes de ser considerado para el puesto de guardián? Dejó mucha sangre y sacrificios en el camino de ascenso y reconocimiento era lo único que pedía a cambio. La vida era tan injusta que a Shen-Lee sólo le había costado una década llegar a esa posición, sin ningún tipo de trabajo o esfuerzo. La ofensa de Shen-Lee no era haber humillado a Yai-Ha en el pasado, no era haber traicionado su patria o incitar una rebelión. Su ofensa era haber nacido con un poder tan privilegiado, un poder estúpidamente inmenso y nada de ambición para usarlo.

—¿No lo entiendes niño? —Shen-Ha bramó exaltado —. ¡Ahora mismo soy invencible!

Hasta cierto punto las palabras de Shen-Ha era correctas. Al igual que los humanos, los Xing long poseen limitadores que mantienen bajo control sus máxima capacidad física para evitar resultar dañados durante sus actividades diarias. Sin embargo, gracias a combustión, Shen-Ha se volvía capaz de brincar e ignorar por completo estos limitadores por cortos periodos de tiempo, llevando así su cuerpo al máximo posible. A lado de monstruos como Tsao-Lan o Dai-Gui podría parecer una habilidad insignificante, pero la realidad es que de no existir ellos, Shen-Ha sería el primer candidato al puesto de primer guardián gracias a está habilidad.

—¿De verdad? —preguntó Shen burlándose — ¡Que bueno que no te pregunté!

Shen lanzó un potente golpe contra Shen-Ha, pero este último ni se inmutó por ello, no hubo ni la más mínima reacción. Shen-Ha lanzó un poderoso contraataque con el brazo izquierdo y por primera vez desde que inició la pelea Shen se vio obligado a recurrir a su magia para salir del aprieto. Casi no llega a hacerse intangible y evitar el ataque.

El demoledor movimiento destruyó parte de la arena sólo con la presión ejercida, de haber tocado a Shen, lo habría aniquilado de un golpe.

—¡Carajo! Ese golpe casi me manda al otro mundo.

—¿Te lo advertí no es cierto? —exclamó Shen-Ha muy arrogante —. En estos momentos ya no tienes oportunidad de vencer.

—¿Qué no puedo vencer dices? —Shen inclinó la cabeza —. ¿Quién decidió eso?

—«Tu magia es muy errática mocoso. Si de verdad quieres dominarla, debes dejar de tenerle miedo —las palabras de Natsu resonaron en la cabeza de Shen —. Sólo ten un poco más de confianza en ti mismo.»

—¿Qué estás esperando basura? ¡No tengo todo el día! —Shen-Ha se estaba impacientando, pues era consiente de que el efecto de combustión duraría poco.

—«¡Concéntrate, puedes lograrlo! —Shen intentaba mantener la calma, si perdía el control aunque sea por un segundo —. Ya sabes cómo funciona, sólo debes enfocarte»

Durante breves instantes, Shen se encontró en el mundo de dentro de su cabeza, parado frente a una gigantesca puerta, hecha de roca maciza. Rodeada por estatuas de dragones, sujetando entre sus fauces cadenas de proporciones colosales que rodeaban la estructura, dando cientos si no es que miles de vueltas para evitar que sea abierta. Shen colocó sus manos en las cadenas con la intención de romperlas, pero ni su gran fuerza le permitió hacerlo. Fue entonces cuándo el trauma de su infancia volvió a sus recuerdos, la razón por la que temía tanto a su magia era ese triste día, debería haber sido diferente la primera vez que diera uso a su magia, nadie debería haber muerto.

Las dudas llenaron su corazón y por un segundo pensó en alejarse de aquella puerta y continuar como hasta ahora. Sin embargo, en su momento de debilidad, una mano tocó su hombro de manera dulce, Shen volteó por reflejo, pero no encontró a nadie. Regresó su mirada a la puerta y tragó con fuerza, sujetó nuevamente las cadenas e intentó romperlas una vez más.

Fairy Tail: ValhallaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora