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Dos semanas después...

...

-¿quién está listo para conocer su nuevo hogar? - dijo cantarín Jungkook, tratando de no llorar ante la hermosa vista que tenía: tres bellos cachorros sentados en los asientos traseros del auto, dos de ellos sonriendo y jugando con toda normalidad.

-¡nosotros, nosotros! ¿Jungkookie nos dará helado y juguetes?

-¡por supuesto! Y conocerán a los demás. ¿Saben quienes son? - preguntó esta vez Taehyung, mirando por el espejo retrovisor a sus nuevos cachorros.

Sí, sus cachorros.

-Jin nim, Suga nim, Hobi nim, Namu nim... - empezó un mellizo, contando con los dedos y haciendo un gran esfuerzo para recordar los nombres que Kim le había dicho.

-¡Jiminnie nim! - terminó victorioso el otro pequeño, haciendo un lindo baile de la victoria.

-¿todos son igual de viejos que ustedes?

Los esposos compartieron una breve mirada llena de incomodidad. SunHee sólo miraba por la ventana, indiferente a las palabras que salieron de su boca.

-no somos tan grandes, Sunnie.

-no me llames así - gruñó la chica, sorprendiendo a los mayores.

Taehyung estaba a punto de regañar a la joven, pero el rubio a su lado tomó primero la palabra.

-lo siento, princesa.

-córtalo, ¿quieres? No hagas como si te interesara. Ni eres mi padre, ni nada mío. Si estoy aquí es porque aún no soy echada de ese orfanato y estoy obligada a ir a donde los señores quieran.

Jungkook le tomó la mano a su pareja antes de que éste se pusiera a gritar. Sí, le había dolido mucho lo que la beta dijo, pero sabía que detrás de esas palabras hirientes había una pequeña niña luchando con desesperación por no salir dañada de nuevo. La entendía. Y la amaba. Lo haría aunque ella le siguiera lanzando esos insultos. Kim Jungkook deseaba con el alma ayudar a esa adolescente perdida en el dolor y en el pasado.

-bien chicos, ¡juguemos un poco! Ustedes cantarán un pequeño fragmento de su canción favorita y Kookie y yo la trataremos de adivinar. ¿Les parece?

-¡yo primero, yo primero! - pidió entusiasmado MingSu.

-¡dale, bebé!

Antes de empezar, las mejillas del pequeño se tornaron rosas.

-¡sin preocuparse, es como hay que vivir!

-¡hakuna matata! - gritaron todos los presentes en el auto... exceptuando a una chica que ponía los ojos en blanco mientras los demás reían.

-¡ahora tú, linda estrella! - animó Tae a su otro hijo, brindándole una tranquilizadora sonrisa.

-¡we were born to make history!

Jungkook empezó a reír y se unió cantando feliz el coro de "Yuri on ice", sintiendo su corazón cálido al escuchar las dulces carcajadas de sus pequeños salvadores.

-¡mi turno! - anunció Jeon Taehyung -. ¡Cierra los ojos y recuerda que...!

-¡yo soy tu amigo fiel! - chillaron los mellizos, bailando en sus asientos por haber acertado.

-¡eso, mis niños! ¡Ahora me toca a mí!

Vio con ternura cómo los chiquillos se sonreían entre sí al escuchar su voz. También notó cómo sus tiernos dedos se enredaban entre sí con cariño, quedando ambos meñiques enlazados y formando una silenciosa promesa.

¡No soy un alfa!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora