𝑷𝑹𝑶𝑳𝑶𝑮𝑶

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- No te preocupes pequeña, pronto estarás a salvo. - Decía la mujer llorando con un bebé entre sus brazos. La bebé no entendía nada, solo empezó a llorar al ver de esa manera a su madre. - Shhh, no pasa nada, pronto estarás a salvo. - Repitió la señora acunando a la niña, mientras intentaba sonar fuerte.

La señora se puso una capa negra y se cubrió la cabeza con la capucha. Fuera estaba lloviendo muy fuerte, dias oscuros se avecinan y no podía dejar que su hermosa hija se quedase a su lado. Por mas que le doliera, si no, podría morir.

Su prometido apareció por la puerta, estaba demacrado, al fin había tenido a su niña para poder darle amor. Pero con el señor Oscuro rondando por ahí y amenazando con la guerra que se avecinaba, no se podía permitir el lujo de quedarse con la pequeña pelirroja.

- Todo va a estar bien, cuando todo pase nos reencontraremos - Le dijo a su futura esposa, no muy convencido de aquello.

- ¿Y si... y si no la volvemos a ver? Apenas tiene 5 meses y si... - Dijo ella entre sollozos

- Siempre permaneceremos junto a ella, aquí - Señaló la parte en la que se encontraba el corazón del bebé, mientras las dos mujeres de su vida lloraban.

Besó a su prometido y aún con lágrimas en los ojos sacó el giratiempo y le empezó a dar vueltas.

- Ten cuidado - Fue lo último que pudo escuchar de su futuro esposo hasta que desapareció.

Cuando abrió los ojos pudo observar el paisaje. Estaba lloviendo muy fuerte, pero aún así pudo ver que estaba en una calle desierta, con filas de casas parecidas a sus lados, y farolas parpadeantes a cada lado de la calle. La mayoría de las casas tenía las luces apagadas. La mujer caminó por la calle, hasta que se paró delante del número 33. Cruzó la valla y subió unas escaleras que daban al porche. Con el ruido de la lluvia de fondo, se despidió de su pequeña. Pues esa era probablemente la última vez que la viera.

- Tienes que ser fuerte, mi amor, papi y yo te echaremos de menos, pero tienes que saber que te queremos. Y eso nunca cambiará - Para ese momento las lágrimas caían por el rostro de la mujer,como si llevasen años atrapadas. La bebé empezó a llorar más fuerte. -Shhh, no llores, todo estará bien.

La mujer encapuchada dejó a la pequeña pelirroja en la puerta junto a una nota y  un libro, pero no un libro cualquiera, un diario, que le explicaría todo sobre sus padres cuando llegase el momento. Pero hasta entonces la pequeña tendría que permanecer aquí, muchos años más tarde de la muerte de sus padres. Sin saber qué le depararía el futuro.

-Se fuerte, cariño. Recuerda... Papi y mami te quieren - Dijo ella entre sollozos mientras picaba a la puerta. - Adiós pequeña...

Y desapareció.

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¡Hola!

Esta es mi primera historia en wattpad, llevo ya mas de un año y medio escribiendola pero no me había animado a compartirla hasta ahora así que estoy un poco nerviosa.

Espero de todo corazón que os guste y disfruteis leyendo tanto como yo escribiendola.

𝐃𝐄𝐒𝐓𝐈𝐍𝐘Donde viven las historias. Descúbrelo ahora