Shingeki no shinobi

Capitulo 1

—eren.— un hombre de estatura baja habló con voz fría como usualmente. Un chico a un lado suyo lo volteó a ver, sus ojos verdes parecía brillar de felicidad. — capitán levi. Qué pasa.— hablo con voz formal los ojos verdes del muchacho cambiaron a unos mortalmente serios, listo para acatar cualquier orden e ir al combate. El hombre mostró una sonrisa casi imperceptible, sus ojos azul grisáceo parecieron brillar en lo que se asemejaba a orgullo. —lo hiciste maldito mocoso, recuperaste Maria.— musitó con una voz orgullosa.

Se cruzó de brazos viendo fijamente al castaño, esperando una reacción del mismo. Gruño al no escuchar nada. Abrió los ojos un poco al ver a eren negar con una sonrisa. El chico abrió la boca mas ningún sonido salió de ella, la cerró soltando un suspiro. —yo no lo hice, capitán. Yo solo pude hacer lo que podía, Armin y el comandante hicieron casi todo. Usted tuvo al titán bestia entre sus manos. Yo solo detuve como pude a Reiner.— hablo con una voz parecida a la nostalgia. Levi golpeó el estómago de eren, tomándolo por sorpresa. El castaño abrió los ojos sorprendió al sentir el golpe abrupto de su capitán. Miró hacia arriba como pudo. Los ojos del hombre más fuerte de la humanidad eran molestos. —joder mocoso de mierda, deja de menospreciarte, mira no tengo ni puta idea de que viste en la cueva de los Reiss, y no me importa, pero me jode que te describas de esa manera. Detuviste a Reiner y mataste a Bertolt. Salvaste a Armin y sellaste ambas puertas del muro. Eso para mi Jaeger es un logro.— gruño molesto.

Eren abrió los ojos mostrando lágrimas en ellos. Bajo la cabeza. —gracias— susurro. Eren vio al enano alejarse para reunirse con la nueva comandante de la legión. Hange Zoé. Volvió su mirada hacia arriba, sonrió con orgullo renovado. Estaba en el tope de la muralla, abajo había una fiesta masiva, celebrando que desde los seis años del primer ataque del titán colosal y la invasión del muro maria, la humanidad había teñido numerosos logros. La gente podía volver su hogar y la economía volvería a ser estable. Su mirada se dirigió hacia la izquierda miró a Hange con unas cuantas lágrimas en los ojos, tenía en mano la chaqueta del fallecido Erwin Smith. Hizo el saludo de la legión y gritó algo que no entendió. Sonrió un poco. Volvió su mirada a la derecha, sus compañeros del escuadrón 104 estaban hablando amenamente. Choco miradas con Jean.

—oe bastardo suicida, qué haces tirado en el piso. ¿No me digas que el princeso se cansó?— grito con burla. Eren sonrió retador, apoyo sus manos en sus rodillas ayudándose a recobrar,
La postura. — no lo creo cara de animal, pero note que me miras seguido, se que soy hermoso, mas no sabia que tirabas para ese lado— contesto de igual manera, Jean distorsionó su rostro en furia. Eren vio como el contrario sacaba sus cuchillas. Arrancando contra el. — ¡te juro que te mataré maldito mocoso titán!— grito con furia y con un notable sonrojo de vergüenza. El castaño rio. —¡atrévete si puedes, caballo!— corrió hacia el lado contrario apoyándose de sus habilidades mejoradas para correr más rápido que Jean.

Eren pasó a un lado de levi y Hange quienes estaban platicando, mínimo la comandante estaba platicando, levi solo escuchaba y gruñía de ves en cuando, el hombre más fuerte de la humanidad, chasqueó la lengua. —oi mocosos, dejen sus peleas de lado por un jodido minuto.— gritó molesto, más Hange notó una sonrisa un tanto paternal en sus labios. La nueva comandante codeó el brazo del hombre. — no te hagas el rudo enano, se nota que los quieres.— hablo con una sonrisa traviesa.  Levi gruño empuñado a Hange. — ¿eres idiota o te haces cuatro ojos? Eso es conocimiento público, alguien toca a esos mocosos y ni los titanes lo salvan— amenazo. La mirada atónita de Hange lo obligó a sonreír. —¿que? ¿Esperabas que lo negara? No soy un monstruo sin sentimientos, subnormal.— gruño, alejándose de la sorprendida mujer.

—¿Oe eren, qué pasa, te cansaste?— grito Jean al ver como el castaño ojiverde se detenía en un extremo de la muralla. —no sabía que tenías tan poca resistencia.— se burló, sus palabras ofensivas se quedaron en su garganta al ver un punto blanco y negro en medio del aire. —Jean— la voz vacía de eren sonó en sus oídos. —¿si?— preguntó de igual forma. —eso no estaba aquí hace unas cuantas horas. ¿No es así?— pregunto con un tono que era más de afirmación. Jean negó, viendo fijamente como el pequeño punto blanco y negro empezaba a expandirse rápidamente. —eren, tenemos que avisarle al capitán y la comandante — dijo el rubio cenizo, saliendo del shock inicial, tomó lo que parecía ser una pistola y la cargo, apuntó hacia arriba tapándose los oídos con una mano, apretó el gatillo un humo rojo salió disparado.