CAPÍTULO 1

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El alfa luego de recibir la llamada de su hermano se quedó en estado de shock por varios segundos.
Aún le costaba procesarlo, Haikuan luego de cinco malditos años pudo dar con el paradero de los Xiao.

Cada día, Wang Yibo esperaba recibir un maldito mensaje, una llamada o aunque sea un pequeño rastro de Xiao Zhan.

De nada le sirvió seguir siendo el número uno en la pista y el rostro de grandes marcas, solo para seguir acumulando fama y dinero que no llenaban el espacio vacío que el pelinegro dejó.

Sus dedos golpeaban el volante de su lujoso automóvil último modelo, esperando la confirmación de los datos personales de aquella fotografía tomada por Haikuan.

¿A qué estúpido se le ocurre poner una placa con su nombre? Ese tal Yubin iba a facilitar la recopilación de información en el menor tiempo posible.

Su móvil vibró y sonrió como hace mucho tiempo no lo hacía al recibir un PDF con todo los datos que necesitaba en menos de díez minutos.

Acarició la pantalla del dispositivo cuando en una de las páginas estaba adjuntada una foto de Xiao Zhan. Parecía que el tiempo no había pasado y hasta podía asegurar que le había sentado de maravilla.

No lo pensó dos veces, pisando el acelerador, condujo lo más rápido que el tráfico le permitía para llegar a su destino.

Su corazón latía mucho más fuerte que en su más difícil competición. Wang Yibo solo quería tantear el terreno, se conformaría con ver esa hermosa sonrisa a lo lejos, escondido de manera cobarde detrás del vidrio polarizado de su vehículo.

Un tono de alerta le avisó que su hermano lo llamaba por segunda vez, seguramente para impedirle hacer una locura, regañarlo, advirtiéndole que no se acercara a los Xiao.

Pero él no estaba dispuesto a retroceder ahora que estaba a unos pocos kilómetros del lugar.

Haikuan había estado en contacto con su omega, mucho más de lo que Yibo se imaginaba en ese momento.

A Wang Yibo no le parecía justo desperdiciar esa exelente oportunidad.

Rechazó la llamada y apagó su teléfono móvil, luego se encargaría de recibir la reprimenda merecida por cortar la llamada a su hermano mayor.

Aparcó el automóvil a mitad de camino y, colocándose un cubrebocas y una gorra, empezó a avanzar a pie, rogando que nadie lo reconociera.

Y allí nuevamente estaba ese maldito nombre en un gran letrero adornando el restaurant donde Xiao Zhan supuestamente trabajaba, según los datos recolectados por su investigador privado.

"Yubin and Family"

Wang Yibo frunció su entrecejo, ¿podía odiar tanto a alguien que aún no conocía?

Parece que su lado animal ya lo estaba haciendo...

Por un instante, su corazón dejo de latir y sus ojos se empezaron a humedecer; la fotografía no le hacía justicia a la belleza de Xiao Zhan sonriendo, alumbrado por los pequeños rayos de sol que se colaban a través de las finas rama de los árboles que crecían alrededor del local.

Podía observarlo desde esa distancia, anotando en una pequeña libreta el pedido de unos clientes. Wang Yibo se sentía celoso de esas dos personas que, a escasos centímetros, podían disfrutar lo que él una vez perdió.

El alfa se escondió detrás de un arbusto cuando visualizó a Zhou Cheng descender con un niño pequeño tomado de su mano. Unos segundos después un hombre los acompañaba hacía el sector donde estaba Xiao Zhan.

Porque aún te amo [YiZhan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora