El calor era insoportable, tanto que Kirishima estaba literalmente tirado de plancha en el suelo, dejando que el ventilador le diera de lleno en su rostro, pues su cabeza estaba ligeramente alzada para recibir el aire el cual era caliente y no le beneficiaba en nada.
-Me estoy asando.- Se quejó el pelirrojo.
Dahlia estaba sentada a un lado de Kirishima, con su espalda apoyada en la pared, su cuerpo estaba perlado de sudor, su cola se agitaba arrastrándose por el suelo con parsimonia, denotando lo agotada que se encontraba. La muchacha dejó escapar un pesado suspiro y gateó para imitar a su novio con intenciones de recibir el aire más de cerca.
En ese momento a Kirishima se le cruzó una idea por la cabeza que le hizo abrir sus ojos de par en par y alzarse rápidamente para quedar sentado, sorprendiendo un poco a Dahlia ante la energía que presentaba tan de repente.
-¿Estás bien Kiri?- Preguntó enarcando una de sus pobladas y negras cejas mientras bajaba una de sus orejas gatunas y dejaba la otra en alto.
-Vámonos a la playa Dahlia, allí estaremos mucho mejor que encerrados en tu cuarto, además estaremos fresquitos en el agua, ¿qué te parece?
La cola y las orejas de la muchacha se tensaron hasta el punto en que parecía que acababa de sufrir una descarga eléctrica. Dahlia se apoyó sobre sus manos que la ayudaron a impulsarse para quedar de rodillas. Negó repetidas veces con la cabeza dejando a Kirishima confuso.
-No, no, no, ¿por qué no...vamos a comprar helado?
-¿Eh? Pero...vamos a pasar calor yendo de camino a la heladería y además se nos van a derretir enseguida con el calor que hace...creo que es mejor ir a darnos un baño al mar.
-Ya...es que...yo...- Dahlia paseó sus ojos dorados y felinos por la habitación como si estuviese buscando algo, cosa que a Kirishima le inquietaba aún más.- Tengo...tengo la regla, ya sabes...- Soltó una risita nerviosa.- A veces ser mujer es duro sobre todo en verano eh...
-Pero...si se te fue hace cosa de una semana...- Dijo Kirishima ladeando la cabeza y mirando con inocencia a Dahlia.- Lo sé por qué lo comentaste antes de que...- Se sonrojó.- Bueno...de que hiciésemos nuestras cosas...ya sabes...
Dahlia parpadeó repetidas veces maldiciéndose a sí misma por dar datos innecesarios en momentos como esos. Se estampó la mano contra la frente y Kirishima se dedicó a analizar a su novia intentando hallar un motivo coherente de su comportamiento.
-Dahlia...¿por qué no quieres ir a la playa? No soy tonto.
La muchacha bajó las orejas e hizo un puchero con sus labios para después acercarse a Kirishima quien se ruborizó a más no poder al ver a Dahlia con aquella expresión tan adorable y con su rostro a centímetros del suyo. Dahlia sabía cual era el punto débil de su novio y quería evitar a toda costa que siguiese haciéndole preguntas. Posó su cabeza bajo la barbilla de Kirishima provocando que el cuerpo del contrario se tensase ligeramente y el calor ascendiese a su rostro, sus labios bailoteaban en una línea ondulante mientras que Dahlia ronroneaba y se sentaba sobre su regazo meneando su cola de forma juguetona mientras en sus labios se formaba una sonrisa seductora.
