𝙾𝙽𝙴 - 𝚂𝙷𝙾𝚃, 𝙸𝙼𝙰𝙶𝙸𝙽𝙰𝚂 𝚈 "𝙺𝙸𝙽𝙳 𝙾𝙵"

✾ 𝙳𝙴𝙲𝙸𝚂𝙸Ó𝙽 ✾

𝓒𝓘𝓝𝓒𝓞

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—Solo... ¿Puedes dejarme en paz, maldita sea?—le pregunté a mi hermano el ruloso con irritación, el drogadicto me ha estado siguiendo desde hace dos horas. Lo intenté perder con mi tele transportación, pero me rendí cuando entendí que era totalmente inútil, siempre aparecía en la misma habitación que yo.

—Vamossss—arrastró las palabras por culpa del alcohol en su sistema—Solo quiero estar cerca de mi pequeño hermano.

—¿De qué mierda hablas?—cuestioné incrédulo, provocando que detuviera mi caminar y volteara hacía él—Tengo 58 años, idiota. No lo olvides. 

Me di vuelta para retomar mi caminar, pero la mano de mi hermano en mi hombro me detuvo haciendo que volteara hacía él dejándome confundido por el gesto serio que tenía su rostro. Era muy poco común observarlo de esa manera, siempre tenía una sonrisa boba adornando sus labios por el efecto de sus pastillas. Así que esperé con paciencia a que hablara.

—Exacto, 58 años—repitió—¿No te parece que eres demasiado mayor para ella?

Esa simple pregunta provocó que me separara de su agarre de forma furiosa, no iba a permitir que nadie opinara sobre mis sentimientos, decisiones o acciones que involucraran a la preciosa castaña.

Nuestra hermana.

—Eso no es tu problema. Además justo ahora ella tiene apariencia física mayor que yo.—bramé furioso acercándome a él de forma amenazante, pero al igual que yo, no estaba dispuesto a desistir.

—Claro que lo es, Cinco. Pareces un maldito puberto y ella una preciosa veinteañera—respondió tranquilo—Ella me gusta.

Di un paso atrás debido al golpe de sorpresa que provocaron sus palabras, todos mis hermanos tenían sospechas sobre mis sentimientos y los del ruloso frente a mí. Pero jamás lo habíamos dicho en voz alta.

Mi mente me traicionó al llenarse de imágenes protagonizadas por el castaño y mi preciosa chica como pareja, haciendo que sintiera nauseas.

Tomé mi característica postura arrogante después de ese desagradable momento mientras guardaba mis manos en los bolsillos a mis costados, me incliné hacía delante y sonreí altanero al "adulto" frente a mí. 

—¿De verdad crees que alguien como ________ se fijaría en un adicto como tú?—me burlé, sintiéndome poderoso cuando el brillo de sus ojos se apagaba un poco. Mis palabras eran como dagas hacía él, pero en ese momento no me importaba.

Nadie me quitaría aquella mujer.