𝕱𝖊𝖆𝖗 𝕺𝖋 | Volrob.

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Las manos del ruso se sentían frías, tan heladas y solitarias que ya ni podían estremecerse del leve dolor que causaba el frío en sus manos, como si tomara un cubo de hielo puro entre sus manos desnudas, e hiciera tanto frío que este mismo no se derritiera ni por el más mínimo calor un su cuerpo generara . Algunos podían llamarlo una persona fría, y eso era más que evidente, pero nadie jamás en el viejo cuerpo del CNP, ni mucho menos en LSPD, había podido apreciar lo frío de la temperatura en el cuerpo del ruso . Era natural, además de que el alcohol, por más mínimo que fuese, le ayudaba un poco a no morirse del frío en esas épocas, y también disimulaba al estar cerca de alguien que conocía su condición, como lo era su ex jefe del cuerpo; Jack Conway .

Pero ese no es el tema que nos compete en esta ocasión .

Con las manos expuestas aún en ese frío invierno vacío, Volkov se recargaba con sus antebrazos en la barandilla de la azotea en total silencio, tampoco es como si tuviera algo que decir entre toda esa tranquilidad ya algo agobiante por haberla percibido hace tanto tiempo prolongado . Tampoco era de esos que hablaban o soltaban pensamientos al aire cuando sentían que no había otro alma al rededor, consideraba que eso, al llegar a acostumbrarse y hacerlo constantemente, llegaría a volverlo loco . No, no era su estilo .

Sin embargo, si tenía esa mala costumbre de tomar en soledad . De beber de su petaca un par de tragos de whisky en memoria de ese viejo amigo moreno y de risa extrañamente familiar y contagiosa que alguna vez fué su hermano, junto a un gran compañero, en comisaría; una persona que alguna vez le había hecho sentir vivo, y que al abandonarle simplemente no quedó nada de si para dar al resto . Una burbuja que explotó y no dejó ni una gota de esperanza espacida por algún sitio .

Once, once malditos años de su vida, y que aún así despertara . . . sólo .

Creía estar acostumbrado a esa sensación, incluso solía pedir paz a gritos por su estrés . . . Pero ahora sentía— .

▭ oye .

Silencio . Uno terriblemente tenso .

Aquella voz grave se pronunció por el lugar haciendo su entrada imponente. Por más de que al voltear y, casi, dejar caer la petaca al suelo al guardarla con rapidéz dentro de su uniforme, notara que la expresión ajena no era más que un gesto tranquilo, demasiado relajado para ser él .

No respondió, aquel pequeño susto había sido más que suficiente para provocarle una mueca en los labios con ciertos sentimientos encontrados que se cruzaban entre sí al no entender cómo había llegado allí, o qué era lo que venía a decirle .
No sabía si no estar sólo en esos momentos era bueno o malo . . . jamás había sentido este tipo de compañía desde hace tiempo, ¿ cómo se supone que reaccionas ante una visita inesperada ?, las respuestas eran relativas, la verdad .

El contrario se quitó las gafas cuidadosamente frente a sus ojos, acomodándolas sobre su cabeza sin llegar a despeinarse mucho con ello, no las veía necesarias al estar ya cayendo la plena noche . A pesar de estar agotados, y hacer su labor por un día entero sin descanso alguno, parecía como si ambos no quisieran volver a casa . . ¿ Para qué volver a un lugar donde no sentías nada al entrar ?, solo un anticuado y amargo olor a recuerdos borrosos vagando por el aire que se te cruzan por la mente cada tanto, ¡ hasta la comisaría parecía más su casa que el mismo departamento, joder !, vaya día de mierda .

▭ ¿ qué sucede ?

Continuó hablando sin obtener otra respuesta más que una evasión de su mirada de cristal, junto a un leve ceño fruncido por parte del mayor, volviéndose a dar la vuelta en dirección al paisaje de Los Santos . Le arrebató un suspiro de sus labios; no, no era muy bueno intentando empatizar con palabras y hablar de los problemas abiertamente, pero Víktor tampoco le estaba ayudando mucho con ello en verdad . Cero más cero seguiría siendo cero, así que algo de esfuerzo tenía que poner, al menos para conseguir relajarle un poco .