15

1.5K 208 16
                                    


¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


—Mark.— Llamé el nombre del menor que se encontraba frente a mi en la sala de descanso.—Hey, Makku.

El castaño alzó la mirada para prestarme atención.

—¿Qué pasa, Yong?

—¿Qué harías si tu amiga está engañando a su novio?

El menor se atragantó con su propia saliva, tosiendo en su sitio mientras se golpeaba el pecho. —¿Qué clase de pregunta es esa?

—Solo responde.

—Bien.— Cruzó una pierna por encima de la otra y colocó una de sus manos en el mentón para pensar.— Hablaría con mi amiga, supongo. Le diría que no es lo correcto y que debe pensar en su pareja, quizás así recapacita.

Solté un suspiro para acto seguido dejarme caer derrotado sobre la silla.

—¿Tienes una amiga así?

Eché la cabeza hacia atrás para clavar mi atención en el techo.—Ya he hablado con ella, ¡Le he dicho que debe decirle la verdad!— Alze la voz, exasperado.—Pero dice que es su problema y que ella sabrá lidiar con eso, ¿Va a seguir mintiendole hasta que la descubra?

—¿Por qué no hablas con su novio?— Corregí rápidamente mi postura para observar al castaño con una ceja alzada.—No me mires así.—Se cruzó de brazos.—Si ya has hablado con ella y no te hace caso, intenta acercarse a su novio y explicarle la situación. No te va a creer, pero, hay una posibilidad de que empiece a sospechar sobre las acciones de tu amiga.

—¿Como sabes eso?

Se alzó de hombros.—Intuición.

—No conozco a su novio.— Mark ladeo su cabeza, sin entender.—No lo conozco personalmente, sólo lo he visto un par de veces. ¿Como se supone que me voy a acercar?

—Pues, puedes buscarlo y presentarte con la excusa de que quieres ser amigo del novio de tu amiga.— Entrecerre los ojos preguntándome de dónde había sacado información tan valiosas. El castaño se puso de pie, estirándose.—Deja de mirarme así, me haces sentir como si traficara sustancias ilegales.

—Es que me sorprende que sepas tanto.

—Tengo amigos que me cuentan sus vidas, eso es todo.— Dio unos pasos hasta quedar a mi lado, palmeo mi espalda un par de veces.—Suerte con tu problema.

Rodé los ojos, levantándome de la silla.—Me encanta tu apoyo moral.

Me sonrió antes de comenzar a caminar hasta la cocina del restaurante.—Para eso son los amigos, Yong.

«Eres mi único amigo, ahora Mark.» Pensé a la vez que seguía el paso del castaño con una sonrisa.

(...)

Morosis; Kim DoYoung; LS#1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora