Capitulo 1: Catalina

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Era una tarde insípida y aburrida en la cual no encontraba donde refugiarme de aquella soledad que me desesperaba, de repente un sonido proveniente de mi celular alertó todos mis sentidos y me dió a conocer un mensaje de una persona la cual no me esperaba. Me resultó curioso, era una chica muy linda y tal vez en la misma triste soledad que yo. Decidí  corresponder el saludo y seguir hablando con ella  siguiendole la corriente, lo que nunca imaginé, fue que ella cambiara mi vida de una forma tan drástica.

Seguimos escribiendonos como locos y sin pensarlo, como un reflejo fue saliendo una sonrisa y una pequeña carcajada maliciosa de mi boca, la conversación se ponía cada vez mas interesante a tal punto de revelar secretos tan íntimos que nadie además de ella sabía.

poco a poco y día tras día se volvió como un vicio entre ambos el seguir escribiéndonos y mandadonos mensajes, que sin pensar nos llenaban ese vacío que por mucho tiempo nos mortificava.

Después de un corto tiempo decidí que tenía que ver a esta mujer que hacía que mis emociones fluyeran a flor piel y que mi mente se olvidará por un momento de todo aquello que tenía a su alrededor, pues ya era hora de que salieramos de una pantalla y vivieramos una realidad donde los sentimientos pasaran mas allá de las letras. Sin embargo, ella se hacía la difícil, me decía:

- si quieres verme tienes que buscarme muchachote y encontrar la manera de sacarme de casa sin que mis padres se molesten.

Yo respondía con una carcajada envuelta en pensamientos maliciosos y obviamente  sabía que no existía obstaculo alguno que me frenara de conocerla a ella.

No paso mas de una semana para saber donde vivía aquella chica, el problema ahora era encontrar la forma de sacarla sin que los padres supieran, pues la protegían de una manera extrema y no permitían que tuviera ningún tipo de relación social, lo sé, parece loco creerlo.

El viernes a las 3:30 p.m por fin me decidí, no tenia ningún plan pero sentía como la sangre fluía en mis venas  cada vez más caliente y la voces en mi cabeza despertaban mis instintos de ir donde ella. Tenia unos jeans azules razgados que me daban un toque rudo, unas botas brahama imponentes color café talla 40  y una camiseta esqueleto blanca la cual dejaba al descubierto unos cuantos tatuajes en mis brazos. Tal vez no era la mejor impresión para ella y sus padres, pero así era yo  y nada se podía cambiar.

Antes de salir le envíe un mensaje:

-señorita voy a estar esperándola alfrente de la casa, así que espero que haga lo posible para salir y escaparnos un ratico.

Ella me respondía con cierta gracia entre sus palabras pensando que era otra simple broma mía.

Pensé que seria inútil intentar convenserla, así que decidí actuar e ir donde ella para que viera la realidad de las cosas.

Llegue al barrio donde ella vivía, me baje de la moto y me quite el casco tratando de buscar aquella chica hermosa, al no poder verla decidí llamarla:

-Hey Catalina te estoy esperando al frente de tu casa. Si aún crees que es mentira asomate al balcón.

-jajajajaja estas aquí?, es imposible muchachote.

Ella respondía muy segura, pero justo en el momento que salió al balcón, se cruzaron nuestras miradas, ella colgó el celular y pude observar en su rostro la expresión de asombro y felicidad porque yo estaba ahí.

Yo tratando de no llamar la atención de los padres, le hacia señas para convencerla de que nos fuéramos por un rato, su expresión se veía indecisa pero ella al saber que yo había echo todo lo posible por verla no dudo en salir de la casa, con la simple excusa de que iba para donde su mejor amiga.

Salio rápido con una sonrisa tierna y traviesa que afloraba de sus labios, yo al verla no pude evitar perderme en sus ojos cafés y recibirla con un beso en la mejilla y un abrazo fuerte que despertó todos sus sentidos y le puso la piel de gallina

En ese momento cruzamos nuestras primeras palabras mientras ella aún permanecía entre mis brazos.

-Estas muy guapo Santiago por fin logro verte, eres muy lindo conmigo.

Me decía dulcemente.

-Gracias Cata, no pudiste seguir escondiendote de mi.

Le respondía con cierta gracia entre mis palabras.

Era una chica muy hermosa, su cabello era tan largo que le llegaba a las caderas, de color negro y de una textura lacia, sus ojos, como ya antes había mencionado de color café, grandes con pestañas que resaltaban el brillo de su mirada, pero en definitiva lo que mas me cautivó en ese momento que la ví, cuando cruzamos miradas por primera vez, fue su sonrisa, esa sonrisa que tiene una combinación extraña de inocencia, ternura, humor y sobre todo un toque de malicia que la volvía mucho mas interesante.

Sabia que no teniamos mucho tiempo por la cuestion de sus padres, asi que después de un par de palabras y de reirnos de las conversaciones que habiamos tenido por chat, le pregunte de forma repentina:

-Catalina, ¿qué dices si nos pierdemos un momento y vamos a dar una vuelta en mi moto?

Ella con una expresión de cierta duda, acentó la cabeza, decidió subirse a la moto conmigo y me preguntó con risa entre sus palabras:

-Esta bien Santiago y ahora  ¿A dónde piensas llevarme?

No estaba muy seguro de donde llevarla, era la primer vez que nos veiamos asi que debia ser un lugar que cumpliera con todas las expectativas. En ese momento pensé en un sitio al cual me gustaba ir de niño, era una pequeña cascada que se ubicaba a las afueras de la ciudad, recuerdo que solía ir aya y acostarme en un pedazo de tronco de madera que quedaba a la orilla de la cascada, ahí me relajaba por un momento y entre el dulce sonido de el agua cayendo desde la cascada y la vista de la nubes en el cielo, me olvidaba de todo aquello que me molestaba y me torturaba de niño, sobre todo de aquellas estrendosas voces que no me dejaban tener paz mental.

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⏰ Última actualización: Jan 29, 2018 ⏰

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