Capitulo 138

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Lara.

Me perdí por un rato largo, no participaría hasta en las próximas dos carreras, necesitaba asimilar todo.

Anastasia respeto mi espacio y no me busco.

Un chico me agarro por el brazo.

−Fuiste tu quien me robo mi moto.- era a quien le habia quitado la moto para correr en la competencia.

−Déjala Carlos.- era otra vez el grandulon del comienzo.

El chico hizo caso como si le estuviera mandando un Dios. Y me soltó.

−Vete de aquí.- Carlos hizo lo mismo que le dijo.

Nos quedamos solos, tampoco le agradecería al idiota este por salvarme, cuando lo podía hacer sola.

−Hola de nuevo belleza.- puse mis ojos en blanco.

−Veo que tienes conflictos con todos por aquí. Hasta con mi amigo Santiago.- su voz sarcástica me molestaba mas que cualquier otra cosa en estos momentos.

−Además de fastidioso, te metes en los asuntos que no son de tu inconveniencia.

−Que fiera. Asi me gustan.

Me acerque, sin importar que tan grande fuera y lo mire directamente.

−Callate o quieres otro golpe en tu rostro idiota. Porque te puedo mejorar el que ya tienes en la barbilla.- dije. Estaba tan furiosa.

−Solo queria proponerte algo. Vamos a tranquilizarnos un momento.- me dijo. Era obvia su expresión de sorpresa a mi reaccion.

Yo no era como cualquier chica. Y eso lo pudo notar.

−Es sobre Santiago.

−Esta bien, escucho.- Todo cambio cuando dijo su nombre.

−Tu como yo, por lo que puedo notar. Odiamos a Santiago. Así que te propondré lo siguiente. Un trato con el cual ganaras tu y ganare yo.

−Dime sin darle tantas vueltas imbecil.- Esto sonaba interesante.

−Le puedo ganar a Santiago en la carrera de motos y tu también ganaras. Por lo que vi, eres buena en esto señorita y la única forma es que participes en las próximas carreras con mi equipo. Necesito que apuestes con el su ferrari.- Dijo finalmente.

−Así que quieres que gane la carrera y su ferrari. Que gano yo en todo esto?.- pregunte, porque no entendía muy bien el plante.

−Además de saber que le ganaste a Santiago Ricorteri, puedes pedirle lo que sea, aparte del ferrari. Te explico, en las carreras de motos, cuando apuestas tienes que pagar si o si. Porque si no pagas, te metes en problemas. Como crees que Santiago ha ganado todos sus carros?

Lo pensé por un momento, pero ya tenia un plan para mi.

Haría que arreglara mi moto.

−Lo único que quiero, es humillarlo. Y se que este tipo de humillación no la soportaría.- dijo Ben.

−Acepto.- le di la mano, me sentía haciendo un pacto con el diablo.

Ahora tendría que buscar una forma de que Santiago apostara conmigo.

Camine rumbo donde estaba Santiago. Tenia que buscar una buena idea para que apostara conmigo.

Estaba volteado, tuve que calmarme para no caerle encima y estropearle la cara.

−Pensé que habías entendido lo de que te perdieras de mi vista.

−Disculpa, no escucho palabras necias.- Dije.

−Que quieres ahora?

−En serio te lo sigues preguntando.- le respondí.- Ya tu amiguita Blair, me dijo que fuiste su cómplice para lo de la moto.

Santiago abrió mucho sus ojos azules.

−Que Blair dijo que?.- Santiago parecía sorprendido.

−No te hagas el que no sabias imbecil.- esto se iba a complicar mas de lo que pensaba.

−No te voy a dar explicaciones, de algo que no hice Lara. Pero de verdad no haré nada para cambiar lo que crees. ME VALE MIERDA, LO QUE PIENSES.- Lo dijo despacio.

Respire profundo.

−Vengo aquí para apostar contigo.- cambie de tema rápidamente.

−No hagas que me burle.

−Escucha, quiero apostar que si gano...Quiero tu ferrari.- dije de una vez por todas.

Santiago se rio.

Odiaba su risa irónica. Ya me lo esperaba de el.

−Que gano yo?.- Se me había olvidado la parte donde el también apostaba, en caso de que perdiera.

−Lo que pidas.- Maldita sea, mis planes no estaban saliendo bien.

−Quiero que renuncias a las pasantias en Ramdon Hause y hagas que te cambien de empresa. Además que no frecuentes mas nunca los lugares donde yo estoy, creo que mas fácil no puede ser lo que te pido.- dijo.

IMBECIL.

COMO IBA A RENUNCIAR A MI TRABAJO SOÑADO?

−Por lo que veo estas apostando dos cosas, bueno mi otra cosa es que arregles mi moto.- dije finalmente.

−No arreglare algo que yo no hice.- dijo.

−Bueno, entonces no te dejare en paz. Me tendrás haciéndote la vida imposible todos los días.

−Acepto.- dijo rápidamente.

Sabia que funcionaria. 

Aléjate o déjate llevarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora