Visita nocturna

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-Hola Adrien, tiempo sin vernos.

-Deja la ironía padre, dime todo lo que sabes del paradero del otro anillo.

-No sé de qué hablas. Y por qué habría de decirte siquiera.

-Porque creo que quien haya tomado eso de tí es quien ahora quiere los prodigios para sí. Y dudo que sea un aliado tuyo...¿lo dejarás ganar así?

-Ese bastardo...Pero qué harás si te digo. No es como que puedas con él de todos modos. Eres muy blando Adrien.

-No me pongas a prueba. Dime quién es.

-Bien, tienes razón. No quiero dejarle ganar tan fácil. Pero quiero ver qué harás, después de todo es familia. -Gabriel miró a su hijo con una sonrisa triunfal. Adrien se quedó en blanco un momento. ¿Familia? Quién....No, no podía ser...

-¿Te refieres a.... Félix? No entiendo, cómo, ¿cuándo él tomó el anillo? Y por qué haría todo esto.

-Estás haciendo las preguntas equivocadas. ¿Te interesa tanto el pasado? Lo que deberías preguntarte es qué harás al respecto. ¿Pondrás al último miembro de tu familia tras las rejas? Vaya Adrien, realmente eres una decepción.- El padre se rió maniáticamente.

Adrien salió de allí confundido. No sabía qué hacer. Si le decía a Marinette enseguida iría a por Félix, pero por qué él hacía eso... Espera, su tía, tal vez quería resucitarla, le extrañó que no fue al funeral. Y tampoco nadie vio el cuerpo...¿habría caído en la misma locura de su padre?
Pero, atacar así...todo concordaba, él había estudiado farmacología, y tenía suficientes recursos a su disposición como para crear algo tan raro como aquel gas. No sabía qué hacer... Tenía que hablar con él de algún modo. Intentar encontrarlo. Le escribió a Marinette, diciendo que se reuniría con ella en unas horas. Que tenía que ver algo, le diría más tarde toda la verdad.

Mientras tanto Ladybug estaba ocupada coordinando con la policía la protección de sus padres y amigos, y llamando al hospital para saber si habían avances en el antídoto de lo que fuera ese gas venenoso. También tenía a la inteligencia controlando cualquier movimiento sospechoso en las cámaras de la ciudad. Tenían que prepararse y ella lo sabía, la tregua no duraría mucho, y ella no pensaba entregar los prodigios, iba a encontrar al culpable a toda costa.

Después de la bodaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora