Capitulo 4

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Aparco en nuestro lugar, y subo las escaleras directo a mi piso.
Cuando abro me encuentro con Melissa sentada en el sofá absorta en sus pensamientos, mientras la televisión está prendida en el canal de esas ridículas novelas que pasan, en ese momento me doy cuenta que algo va mal, ella al igual que yo odia esas cosas. Seguro que ha peleado de nuevo con el imbécil de Scott, le eh dicho tantas veces que eh perdido la cuenta,que no me gusta para ella, que se merece algo mejor, pero así como se lo digo le entra por una oreja y le sale por la otra, siempre me dice lo mismo "yo lo amo, soy feliz con él y él conmigo, déjalo ya". Pero está claro que sí fuera verdad no estaría cada semana viendo esas tonterías en la televisión, al igual que todas la veces anteriores me siento junto a ella, apago la televisión y le pongo toda mi atención para saber lo que ese idiota le hizo ahora

- Melissa sabes lo que pienso de Scott, esta es la tercera vez en dos semanas que te encuentro así, tienes que dejarlo ya- y así es, justo ayer estaba tan contenta con él y ahora se ve tan decaída, veo como se le llenan los ojos de lágrimas y le empieza a temblar el labio inferior, la abrazo tan fuerte como puedo, odio tanto verla así.
Siento que asiente lentamente y entonces me separo tan rápido de ella que casi caigo del sillón. Nunca había accedido a dejarlo, la miro con el ceño fruncido a la espera de que me cuente lo que ah pasado.

- Catalina- se le escapan unas cuantas lágrimas más- lo hemos dejado ya-
¿Me está hablando en serio? Tengo la mandíbula en el suelo

- ¿Qué? ¿Cómo? ¿Tu lo dejaste a él?

- Lo sé, yo tampoco lo puedo asimilar aún, creí que era el hombre de mi vida, pero los dos estuvimos de acuerdo en dejarlo, él dijo que ya no eran igual las cosas y pues tal vez tenga razón- abrazo de nuevo a mi amiga

- Lo siento- le digo, ella sólo asiente y sigue llorando, juro que esta vez si le corto su masculinidad a ese cabrón, la consuelo hasta que siento que deja de llorar, me levanto, voy a la cocina y saco del refrigerador lo último que queda de vino, agarro dos copas pequeñas de la alacena y me dirijo de nuevo al sofá. Le paso unas de las copas a mi amiga y se la lleno hasta el tope por que se que lo necesita, lleno igualmente la mía, también lo necesito después de aquella sorpresa en el médico, la botella queda vacía. Doy el primer sorbo cuando Melissa pregunta

- ¿Y tu que tienes? no estas normal- mierda odio que me conozca tan bien, niego con la cabeza, no quiero contarle, no ahora

- Vamos Catalina, dimelo ya

- Me cambiaron el doctor, al parecer el Dr. Johnson enfermo y no podrá volver- digo sin voltear a verla, se que sí lo hago se dará cuenta que hay algo más y seguirá preguntando. No funciona, me toma del brazo y comienza a sacudirme para que le de más información, parece que su ánimo cambio muy rápido.
La miro y comienzo a reír, me mira con el ceño fruncido preguntándose de que demonios viene mi ataque de risa.
Volteo a verla y le cuento que mi nuevo doctor es un hombre guapo de unos veintitantos. Para cuándo término me mira boquiabierta

- ¡Es perfecto te gusta! tienes que ligartelo, no te gana por muchos por como lo describes, ¿cuántos le calculas 28? No te ganaría por muchos, son sólo posiblemente 3 años- mi amiga si que esta loca, niego con la cabeza

- Estas loca mujer- contesto y comienzo a reír nuevamente, esta vez Melissa ríe conmigo
Después de una larga noche de películas, nos vamos a dormir, mínimo mi amiga vuelve a sonreír.
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Capítulo un poco corto, al rato subiré otro, voten y comenten si les gusta:*

Un amor inesperadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora