Prólogo.

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Una pequeña casa silenciosa, con lluvia a las afueras y un gran prado extendiéndose hasta donde llegaba la vista. Claro, sin ser la única edificación del lugar, pero sí la única que hasta esas altas horas de la noche conservaba la luz encendida y una persona apoyada en el marco de la ventana de madera. Taehyung pasaba su mano por los rizos de su cabello negro mientras observaba las gotas caer y hacer carreras hasta llegar a las plantas que tenía en pequeños maceteros bajo la ventana. Incluso podía sentirlas felices por aquellas lágrimas de cielo cayendo en sus raíces. Aunque claro, el joven no debería estar a esas horas mirando la ventana. El reloj marcaba las cuatro de la mañana del día siguiente y él aún estaba en pie, con pijama, a pesar de que sabía que le esperaba un largo día, y era exactamente por eso que no podía dormir.

Movió sus alas solo un poco, las que se encontraban entumecidas por el frío, más no habían perdido su brillo. Seguro porque el joven estaba emocionado. Mañana Taehyung conocería a su persona. Era bien conocido que las criaturas como él, mágicas, con alas y poderes ocultos, tenían una persona a la que cuidar. Muchos los llamaban ángeles de la guarda, asociando su existencia a la religión, más no eran eso, pero se podía decir que se parecían mucho. Debían siempre asegurarse de que esa persona viviera plena y feliz, que cumpliera sus metas, aunque no debían entrometerse en su vida, y menos que supieran la mera pista de su existencia, pero aún así, el joven de cabellos oscuros y ojos color miel estaba impaciente por verle.

Había leído sobre él, su nombre era Jeon Jungkook. Estudiaba artes y era dos años mayor, según sus maestros, era un gran pintor, y era muy buen alumno también. Taehyung tenía mucha curiosidad de su personalidad, de sus gustos, del lugar en que vivía. Y por eso tenía hecha una maleta a un lado de su cama, una pequeña maleta de color lila como sus alas, con pequeñas calcomanías de estrellas en ella, las cuales le había pedido específicamente a su madre, porque creía que así la suerte lo acompañaría. Había cumplido la mayoría de edad hace tres días, por lo que ya era tiempo de abandonar su hogar por uno mejor, aún cuando extrañaría su pequeña casa en el bosque. Se había acostumbrado a los animales, a volar libre, a tener la oportunidad de abrir una pequeña flor y verla crecer hasta que doblara el tamaño de su cuerpo, pero ahora, para cumplir su misión debía ir a la ciudad y dejar todo atrás al menos hasta encontrar un lugar, y visitar después a su familia de vez en cuando.

Pero no iba a echarse a morir por ello, sabía que siempre volvería a su pequeño paraíso. Ahora, su principal objetivo, era Jeon. Debía ayudarlo, y algo en su corazón le decía que necesitaba esa ayuda.

- ̗̀ะ🦋

De repente, un fuerte ruido lo despertó. No sabía qué era porque aún estaba desorientado por la falta de sueño de la noche anterior y... espera ¿Ya eran las siete? Taehyung se levantó de la ventana donde se había dormido, corriendo y agitando sus alas con prisa mientras buscaba algo decente que ponerse. Bien, orden. Su tren se iba a las ocho, tenía una hora para estar listo y llegar allá ¿Cómo es que nadie lo había despertado? Súper rayos. Decidió vestir algo que no llamase mucho la atención: un abrigo a cuadros de color café, un suéter de cuello alto blanco y unos pantalones negros de vestir, seguro así nadie sospecharía nada.

Y antes de que todos se levantaran, TaeHyung ya estaba dejando su casa. Había dejado una nota para cada persona que vivía con él: su madre y su padre, su abuelita, su pequeña y adorada hermana e incluso había dejado una carta para que su padre le leyera a sus flores, era muy importante que se sintieran queridas también ¿no? Eso pensaba. Ahora, con la maleta en mano, iba volando rápidamente hasta la estación de trenes, pero claro, se detuvo antes de llegar para poder tomar el tamaño de un chico normal de dieciocho años, esconder sus alas y así subir a su tren, que por suerte, aún no se había ido. Estaba muy feliz, con sueño, pero feliz como una lombriz. Por fin lo conocería ¿cómo sería? Seguro más alto que él, se lo imaginaba con el cabello largo por alguna razón, como en los 80 o algo así. Quizá tenía piercings o tatuajes, o solo era muy tranquilo y gustaba de usar abrigos gigantes ¿sería malo? ¿sería feliz? Taehyung quería verlo pronto. Y el viaje se le hizo eterno a pesar de que solo demoró un par de horas en llegar a la ciudad más cercana a su adorado bosque, y aseguraba que jamás había visto tantos edificios y cosas modernas en su vida. Parecía sacado de un cuento futurista para el pobre joven, que estaba acostumbrado a la paz de su campo. Pero no perdió su optimismo, y entre empujones con los demás pasajeros, logró bajar sano y salvo con su maleta, buscando en sus bolsillos el papel que le había dado su padre con la dirección a la que debía ir. El campus de una universidad. Bien, eso no era difícil de encontrar, así que puso marcha para avanzar rápidamente entre las calles, ignorando totalmente que algunos autos casi lo habían atropellado por no esperar el cambio del semáforo. Eso era lo de menos.

¿Por qué Jeon vivía tan lejos? Ya parecía que había caminado mil años para encontrar aquel edificio a un lado de la universidad de artes, y aún no sabía si era el correcto. Mendigas instrucciones, las odiaba, jamás había sido bueno para seguirlas, y menos ahora que estaba en un terreno desconocido. No tenía mucho qué hacer, así que entró, cargando su maleta a duras penas, y subió la escalera porque el ascensor estaba averiado. Cómo le gustaría solo volar y dejar que su maleta flotara en el aire y subiera con él, pero no podía arriesgarse, claro que no. Por lo que tuvo que aguantar subir casi tres pisos para encontrar la dichosa habitación número 27, y parado frente a la puerta, no supo qué hacer. Si entraba, estaba mal; si se quedaba ahí parado como tonto, también estaba mal ¿Y ahora qué? El de cabellos negros descansó su frente sobre la puerta, suspirando cansado y sintiendo sus mejillas calientes, debía buscar un lugar y pronto o cualquier cosa mala podría pasar y...

Su cara dio contra el piso de repente.

ㅡ ¿Qué mier-...? ¿Quién eres tú? ¿Eres un ladrón? Voy a llamar a la policía ahora si no te levantas antes de que-...

Taehyung subió su mirada asustado, sin querer, dejando que sus ojos cambiaran de color por la emoción que sentía, pasando de un miel claro a un chillón celeste y una expresión de miedo, negando con la cabeza.

ㅡ ¡No, por favor! Es un e-error, busco a Jeon Jungkook ¿lo conoces?

ㅡ ¿Por qué me buscarías a mí?

ㅡ ¡Soy tu hada!

Regla número uno: que tu persona jamás se entere de quién eres y lo que haces.

Súper rayos, Taehyung.

𖡼.𖤣𖥧𖡼.𖤣𖥧⃗   Esta historia la había publicado en otra cuenta cuando había perdido la contraseña de la mía KDKFÑ pero ya que volví en esta, quisiera tenerlo aquí♡. Muchas gracias por leer♡.

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⏰ Última actualización: Aug 06, 2021 ⏰

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 -' Imagine being loved ♡ taekook '-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora