Entre Reinos

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En las profundidades de las montañas y alejados de las grandes ciudades, los vampiros habitaban en diferentes partes del mundo desde tiempos ancestrales. Pero debidos a conflictos que involucraban el poder absoluto de la raza vampírica específicamente en el territorio de Corea del Sur, se desató una guerra que terminó en separar en pequeños reinos que se distribuyeron por toda la península coreana.

En la actualidad, los reinos tenían como sus monarcas a los nietos de los perpetradores de esa guerra tan devastadora que cobró muchas vidas y que bajaron completamente la población de vampiros. Pero estos reinos estaban lejos de llevarse bien, es más, había conflictos y ataques entre ellos para tomar el terreno de otro y así conquistar poco a poco el reino como era antes.

Ataques como el que creía haber recibido el Rey Lee Donghae, del reino del Este.

En una noche oscura, habían enviado una legión a su reino, que desafiantes indicaron que venían desde el reino del Norte. Se encargaron de hacer desaparecer a todos los pueblos aledaños cerca de su palacio, dejando a los habitantes de ese territorio sin sus donantes de sangre humana.

Donghae sabía que el rey Lee Hyukjae se estaba riendo de él.

Sabía que con esa provocación lo estaba dejando con las manos atadas y obligado a hacer algún trato, su gente estos tres días sin donantes, estaba sobreviviendo mientras bebían sangre solo de los animales que habían cerca de allí, pero no daban suficiente energía como fresca sangre humana.

Muy a su pesar, tuvo que emprender el viaje hacia el norte con unos cuantos de sus guardias y dejando a su consejero en cuidado de su reino. No podía quedar así.

Aunque no había llamado antes para agendar una reunión, tal y como dice el protocolo, cuando este llegó al reino del norte, parecía que lo estuvieran esperando.

Su furia se estaba haciendo notar apenas iba avanzando por los pasillos y estaba siendo escoltado, miraba con desdén a los guardias de ese palacio y le había dado instrucciones a los suyos de estar siempre alerta por cualquier movimiento en falso que hicieran.

Estando frente a las imponentes puertas de los aposentos del rey, con total impotencia abrió ambas demostrando la gran fuerza que tenía. Esto alertó a los guardias del palacio que lo rodearon para defender a su rey.

Donghae gruñía mostrando sus colmillos alargados, intimidando a los peones del rey que se lanzaban miradas esperando a quien atacara primero para hacerlo todos juntos. No iban a arriesgarse a que el castaño los matara a todos.

⎯ ¡Esperen! ⎯ dictaminó Hyukjae, usando una voz tranquila y relajada. Soltó una risa burlona al dejar su copa de cristal en la mesa adornada con un mantel rojo, un candelabro con tres velas blancas y encendidas ⎯ déjenos a solas.

Los guardias hicieron una reverencia y salieron sin rodeos de la habitación, las puertas se cerraron dando un gran estruendo. Donghae no quitó la mirada hostil hacia el otro monarca, quien a su vez no quitaba esa sonrisa, mofándose de su furia.

⎯ Hace tiempo que no te veía, querido Donghae ⎯ Hyukjae mecía el rojo contenido de su copa de forma lenta con sus dedos en el cuello de esta ⎯ ¿Qué te trae por aquí?

⎯ Sabes perfectamente el porqué de mi visita ⎯ gruñó una vez más ⎯ ¿Qué es lo que pretendes?

Hyukjae rio suavemente mientras se levantaba de su asiento, nuevamente con su copa en mano. Había desaparecido con su gran agilidad. Donghae sintió de repente el cosquilleo del aliento del otro monarca en su oreja derecha.

⎯ Tal vez te extrañaba ⎯ susurró de forma sensual.

⎯ ¿Dejaste sin comida a mi reino porque me extrañabas? ⎯ musitó algo indignado por la respuesta de su contraparte.

Entre Reinos [Eunhae +18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora