Capítulo 1

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Me ahogan todas las primeras veces, el recuerdo de sus ojos quemando mi piel...Siempre me hizo sentir tan transparente, pero acabó por opacarlo todo. Cuando todo terminó me sentí como una hoja pisada bajo sus pies, rota después de un crujido descomunal...

Es curioso como siempre tratamos de definir y acotar todas las cosas que nos rodean, descomponemos todo en pequeñas partes hasta que nos resultan inteligibles. Hace mucho que trato de llevar a cabo ese proceso, descomponer en trocitos todo aquello que forma parte de él y que hace que yo no lo entienda. Descompongo y analizo durante horas, no sé en qué momento se volvió tan difícil, no sé en qué momento exacto dejé de ser capaz de hacerlo, cuando dejé de ser sus alas y su viento...

Me llamo Siara, Siara Sierra, si, sé que parece un trabalenguas, tranquilos, ya me han hecho la broma demasiadas veces, estoy acostumbrada. Tengo 25 años y estoy empezando mi primer año de universidad, y os preguntaréis que porque no lo hice antes, pues aquí va la explicación, mi historia.

Siempre he dicho que odio todas las cosas que no entiendo y que escapan a mi control...Me encantaría saber el porqué de todo, porque las personas miran como miran, porque hablan como hablan, porque son como son.

Cuando le conocí quise capturar cada pequeña pincelada de su esencia y guardármelas para poder sentirlas de nuevo una y otra vez, como quien recoge conchas un día de playa y las almacena religiosamente, con cuidado de que no se rompan, que no pierdan su olor, su apariencia, pensando que así será como estar siempre cerca del mar.

Pero con él las cosas nunca fueron tan simples...Nunca había conocido ni conozco a nadie como él, que destile tanta fuerza al caminar y que sea tan frágil al mismo tiempo, que te mire con tantas ansias de dejar huella y a la vez con tan pocas ganas...

Como si de un niño asustado se tratase, coge de cada persona que le rodea aquello que necesita para que se curen las heridas que le causan los golpes que la vida da sin previo aviso.

Una vez le vi llorar y entonces entendí que tenía que protegerle, que pese a lo pequeña que soy y a su apariencia exterior de ser una persona dura como el acero le retumbaba el pecho cada vez que las cosas no nos salían bien.

Me acostumbre a luchar sus batallas, a ponerme delante de todas las balas para que nada le impactase y ahora me pregunto, si yo me dedico a protegerle de todos los problemas que le rodean e incluso de los que el mismo genera...¿Cómo van a sanar mis heridas? ¿Cómo voy a apagar el sonido de su risa que resuena melódica y constantemente en mi cabeza?

En fin...no lo sé, pero empecemos por el principio, por aquel día de invierno en el que nuestros ojos se cruzaron por primera vez...

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⏰ Última actualización: Sep 27, 2020 ⏰

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Neón rosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora