Capítulo 17

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El insistente timbre de su departamento no paraba de sonar, al igual que los rayos del sol que se posaban en su rostro, logrando incorporarse con rapidez mientras caminaba hacía la puerta principal. No se preocupó en ver quién era, solo deseaba que dejarán de irritar sus tímpanos.

-¿Tania?- Pregunto, confundido por la presencia de la mujer de cabello crespo frente a él -¿Qué haces acá?

-No contestabas los mensajes, y me preocupaba que no hayas llegado bien del trabajo- Respondió, adentrándose en la sala -¿Acabas de despertar?

-Tuve una largar noche- Murmuro, observando como ella se acercaba para besar sus labios, pero se limitó a apartar levemente su rostro.

-¿Qué sucede?

-En solo que acabo de despertarme, ya sabes...- Se encogió de hombros antes de perderse en la cocina, tratando de mantener distancia.

No podía mirarla a los ojos, no después de volver a ver aquellos ojos verdes, o besar sus labios después de querer probar nuevamente los de Lucia. Simplemente no podía seguir engañándose a sí mismo, o engañándola a ella, pero tampoco sabía cómo confesar la verdad.

-¿Quieres desayunar?- Pregunto para aligerar la tensión del ambiente.

-Ya lo hice- Contesto con ligera confusión por su actitud -También vine para hablar sobre esta noche.

-¿Está noche? Es sábado.

-Lo sé, pero el teatro estrenará una de mis obras preferidas. Y quiero ir, Alex.

Salió de la cocina a su encuentro, encontrándola con los brazos cruzados.

-Podemos ir otro día de la semana- Ofreció, pero sabía cómo terminaría aquella discusión.

-Está es la noche del estreno.

-¿Y recibirás algo especial si vas necesariamente hoy?- Pregunto con impaciencia -Sabes que los sábados no son negociables que-

-Trabajas de lunes a viernes, Alex. Solo nos cruzamos un par de noches y la mayoría de las veces ni si quiera me quedo a dormir- Recordó con enojo -Los sábados estás con los chicos y los domingos nunca sales, en años te he visto salir un domingo a menos que debas hacer algo muy importante.

-¿Cuál es tú punto?

-Que no quiero ser las noches después del trabajo- Alzo la voz -Los restos de un sábado o el encierro del domingo, quiero ser todos los días de la semana, todo el mes, de todos los años.

Guardo silencio, sin saber que decir.

-Quiero vivir contigo, Alex. ¿No lo entiendes? Estoy enamorada de ti, te amo.

Cerro los ojos, sintiendo la culpa calar sus huesos, recordándose a sí mismo que la única persona que ha amado, sencillamente no estaba en esa habitación. Nunca había vuelto a pronunciar tales palabras, no quería mentir de esa manera.

-Pero es muy evidente que no pertenezco a tus prioridades.

-Eres mi prioridad- Aclaro en un suspiro.

-Pero no la única.

Se atrevió a ver sus ojos canela, hallando el palpable dolor en ellos. Deseo que el silencio lo tragará, que su relación no hubiera llegado a esto, que en su intento de olvidar a Lucia no haya lastimado a una persona que no hizo más que apoyarlo por años, pero la verdad es que engaño a Tania desde la primera vez que acepto salir con ella, o corresponder el beso robado que se convirtió en su primer beso, ni hablar de la primera navidad que pasaron juntos y en la que él tanto necesitaba estar solo.

El placer de tus labios.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora