Día 98

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Dedicado a Dani.

Perdí todos mis pinceles para colorear
las solitarias tardes de mi vida.

Los frascos de pintura aguardan impacientes
a que los despliegue sobre el lienzo insistente.

Mis dedos cual asesinato han quedado manchados
de tres tonos listos para el disparo.

Sobre la cima se halla el infierno,
y en los suburbios se esconde el cielo.

Esquizofrenia acumulada en un trozo de tela
preparada para salir de mi cuerpo sin cautela.

A simple vista, un garabato parecerá;
en mi realidad, es el señor que no me tiene piedad.

La sangre de sus ojos, venas y corazón
amortiguan las voces de mi interior.

Viviendo en poesíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora