Capítulo 22: El monstruo de ojos verdes.

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Espero paciente por él mientras ocupo un espacio en el sofá. Gemma está a mi lado observándome muy detalladamente mientras me sonríe cuando capturo una que otra mirada suya. Luce muy guapa e idéntica a su hermano, incluso me he dado cuenta que podría ser su gemela. Pero viendo la diferencia de edades, eso es prácticamente imposible.

Aun no veo a su madre, y aunque he escuchado un par de ruidos dentro de la cocina, no me he atrevido a preguntar por ella. Siento un nudo enorme formarse en mi garganta cuando tan solo pienso en la idea. No es que no la quiera conocer, pero la sola sensación de que me odie o me repela al instante hace que me sienta terriblemente mal.

Sé que Harry está con ella ahora, tal vez tratando de suavizar el por qué una artista mundialmente famosa se encuentra en su casa. Pero la conclusión es que, ni yo misma sé concretamente el motivo por el cual me dejé convencer. No es que estuviera en mis planes, ni siquiera lo había pensado. Todo fue tan rápido e inesperado. Pero dentro de todo este embrollo, sé que es imposible arrepentirse ahora. Quedaría mal frente a su familia y frente a él.

—He escuchado tus canciones. —murmura Gemma. Llama mi atención con ese delicado tono que tiene en la voz—. En especial esa que habla sobre la tarde oscura y tú en la orilla del mar con tu grupo de amigos. Me gusta la fogata y los malvaviscos del videoclip.

Yo le sonrío. Le gusta el video. Eso es bueno.

—Me alegra mucho, fue muy divertido grabarlo.

—Me imagino… A Harry le gusta mucho “Crystal Skies”, es su favorito de “Breathe”.

—¿Le gusta “Crystal Skies”? —pregunto, sorprendida e intrigada.

Gemma suelta una risita y asiente. Se coloca un mechón rubio detrás de la oreja observándome con sus enormes ojos avellana. Los de ella son un tono más oscuro que Harry, pero no menos bonitos.

—Ohhh, sí. Tararea el coro en varios momentos del día. A veces creo que tiene una obsesión con la canción, pero no lo puedo culpar. Es muy pegadiza.

—También es mi favorita de “breathe”. Me tomó una semana terminarla, creo que le puse todo mi corazón al escribirla —murmuro, pensando en ese momento.

Fue después de haber tenido una discusión con la disquera porque creían que el giro que tomaba mi música era diferente al que estaba planeado. Después de un par de negociaciones, logré convencerlos de que sería un éxito. Y así fue.

—Es muy bueno que mi hermano y tú sean amigos. Él te quiere mucho, tal vez más de lo que me quiere a mí. Pero sé que él haría muchas cosas con tal de agradarte, incluso si eso significa pasar por encima del mundo y él mismo.

—Sí, supongo que sí —le digo.

Mi lengua se traba cuando intento articular un “Yo también lo quiero” pero sé que ella lo tomaría de una forma distinta a la que le daría entender. Quiero decírselo, quiero confiar pero la parte razonable de mi cabeza lo impide. Tiene un enorme letrero rojo de Stop con luces intermitentes. Lo levanta preocupada para que lo note como si esa fuera mi única salvación en estos momentos.

—Pareces un poco angustiada —musita—. ¿Te ocurre algo?

Frunce el entrecejo mientras ladea la cabeza.

—¿Yo? No… No pasa nada. Solo he estado un poco cansada estos días. Estoy pensando en el próximo disco y eso me ha mantenido en vela un par de noches.

Le miento. Es lo mejor que puedo hacer ahora.  

—¿Nuevo disco? —pregunta emocionada.

—Eh… Sí. Aún está en proceso, no tengo ninguna canción terminada. Debo componer muchas para así mandarlas a la disquera y ver cuales aprueban como material viable. Es un trabajo bastante agotador.

Fairytale. |Harry Styles|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora