Parte 25: Verdades

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- No te preocupes Kakashi, yo puedo ayudarte.

- De eso nada, a ti te toca ir a casa a descansar. Te has esforzado demasiado en esta misión así que no quiero que trabajes más hasta que te recuperes.

- No soy una niña pequeña Kakashi, estás exagerando.

- Digas lo que digas no pienso dejar que me ayudes. Así que vete a casa.

- Está bien, no te recordaba tan marimandón. - Comentaste con burla alejándote del lugar.

- Así que marimandón ¿eh? - Pensando en tu comentario caminó dirección a la torre de la Hokage.

Nada más llegar a la puerta petó esperando la invitación de la ninja médico. Tras recibir la invitación entró cerrando la puerta tras de sí y percatándose de que solo se encontraba ella con algunos papeles encima de la mesa.

- Que bien que ya habéis llegado, ¿cómo ha ido? ¿Están todos bien? - Preguntó la rubia apartando su mirada de todos los papeles que yacían encima de su mesa.

- Sí, están algo cansados por eso los envié a todos a casa.

- Bien hecho, imagino que serás tú quién reporte la misión. Así que ya puedes contármelo todo.

Pasaron 20 minutos en los cuales el peli plata le contó lo sucedido a la líder de la aldea con el máximo número de detalles.

- No sé qué decir. No sé si enfadarme porque entrara en una pelea o alegrarme por ver tan grandes progresos en ella.

- Puedo entender que se enfade, en un principio yo también lo hice, pero se me pasó al ver cómo había mejorado tanto.

- En realidad estoy enfadada porque no me haya mostrado sus avances. Fui clara cuando le dije que nada de ninjutsu ni genjutsu, pero no había nombrado el taijutsu. Al no verla entrenar pensé que no había sido lo suficientemente sutil cuando había hablado con ella. Pero veo que sí que captó el mensaje, eso me alegra. Y por lo que me cuentas ha hecho grandes avances. Eso no me lo esperaba, aunque sea dicho también que siempre consigue sorprenderme. - Comentó con una sonrisa en su cara mirando los papeles que se encontraban en su mesa intentando ocultar el orgullo que mostraba su sonrisa.

- Siempre ha sido así. Puede flaquear, puede caerse, pero si algo sé de esa mujer es que nunca se rinde.

- Creo que lo ha demostrado. Mañana la revisaré para ver cómo se encuentra después de esa pelea. Quiero saber si su cuerpo es capaz de aguantar tanto.

- Le diré que vaya al hospital mañana.

- Gracias Kakashi, creo que eso es todo. Puedes retirarte, tú también necesitas descansar. Y buen trabajo.

- Con permiso. - Se inclinó un poco en señal de respeto y seguidamente abandonó la estancia y el edificio.

Caminaba por las calles ahora iluminadas por las luces de las farolas y de los establecimientos. Sus pasos eran lentos mientras se dedicaba a mirar las estrellas que comenzaban a salir en el cielo hasta que una voz que lo llamaba lo distrajo. Detuvo sus andares girándose a la derecha para observar como un peli negro se acercaba a él.

- Buenas noches, Gai.

- Veo que ya habéis llegado, espero que me cuentes como fue la misión. - Comentó bastante animado, pero el peli plata supo exactamente qué era lo que quería preguntar su amigo.

- Ella está bien, yo diría mejor que bien. No sé cómo, pero resulta que ha estado entrenando taijutsu y gracias a eso le ha metido una paliza al enemigo. No sabrás nada al respecto ¿no?

Quédate conmigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora