heterocromia | ᵗᵃᵉᵍⁱ |

のみ

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Taehyung mantenía su mirada en el suelo mientras escuchaba las burlas de sus compañeros. ¿Cómo es que niños de apenas díez años eran así de malos? De verdad que los niños de ahora no tienen corazón.

Lágrimas salían de sus ojos color esmeralda y diamante, eso llamó la atención de los demás, ocasionando que le hicieran más burla. Así hasta que un pequeño pálido azabache llegó de la mano de una de las maestras.

—¿Qué está pasando aquí? —regañó la mujer con los brazos cruzados. —¿Eso es lo que les enseñan en sus casas? Están dando un muy mal ejemplo a los niños de grupos menores, discúlpense con Taehyung y acompañenme a dirección, hablaré con sus padres.

Las quejas y lloriqueos de los niños no se hicieron esperar, pues si sus padres se enteraban de lo que hicieron los dejarían sin la play una semana, ¡Sería una eternidad! ¡¿comprenden eso?!

Entonces el que parecía ser el líder del grupo se acercó a Taehyung, haciendo que este retroceda un poco debido al miedo de que le pegara.

—Lo siento, Taehyung. —comenzó el pequeño niño extendiendo su mano. —¡Seamos amigos! ¿Me perdonas?

Tae se mantuvo en silencio mientras pasaba su mirada de aquel niño a la maestra; esta con una sonrisa le pidió que aceptara las disculpas de su compañero, así que con un poco de miedo estrechó su mano con la del otro infante.

Después de unos minutos de que los demás niños hicieran su escándalo por quién se disculpaba primero con él, la maestra se los llevó a todos a la dirección. Lo más probable era que sólo los llevaba para asustarlos.

Se quedó solo con el pequeño azabache que lo miraba con una tierna sonrisa en su rostro. Taehyung lo miró esperando alguna burla.

—Llegué justo a tiempo, ¿vedad? —comentó con alegría sentándose al lado del castaño en la banca.

Taehyung lo miraba con miedo, estaba esperando el momento en que lo insultarla para correr a encerrarse en el baño, cómo lo hacía en cada recreo.

—¿Po qué no hablas? ¿Edes mudo? —preguntó con su ceño fruncido en confusión. Sólo miró como aquel lindo castaño negaba aún con su mirada asustada puesta en él. —¿No edes mudo? ¡Está bien! Pod cietdo, me gustan tus ojos, son muy lindos. —dijo con sinceridad mientras sacaba su lonchera. —¿Quiedes? Lo hizo mi mami. —le ofreció aquel tupper con kimchi.

Taehyung mostró una leve sonrisa mientras aceptaba la comida que le era ofrecida por el azabache. Ambos niños quedaron en silencio mientras comían, hasta que Taehyung decidió hablar.

—¿De verdad piensas que mis ojos son lindos? —preguntó con timidez.

El otro le volvió a sonreír mostrando sus encías y sus pequeños dientes, y asintió repetidas veces.

—Sí, tienes unos ojos muy bonitos, ¡Mida! Este ojo padece una mola azul. —comentó mientras apuntaba con sus pequeño y pálido dedo el ojo izquierdo del castaño. —Y este padece una canica vede. —río con alegría contagiando a Tae.

—Oye, ¿por qué hablas así? ¿Eres francés? —preguntó con curiosidad.

—¡Noo! Soy de aquí también, sólo que me cuesta ponunciad la ede. —puchereó con los brazos cruzados. —Y si me dices que diga una padaba con muchas edes me voy a enojad contigo.

Taehyung negó al instante, había conseguido hacer un amigo, no quería que se enojara con él.

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